El consumo de alcohol en cuarentena: más pedidos de ayuda profesional y la alerta de la OMS
Gabriela Torres, titular del Sedronar, explicó los riesgos del exceso del alcohol y remarcó que aumentaron las consultas en su Secretaría durante las últimas semanas. Cuáles son las 48 localidades que prohibieron la venta de vinos, cervezas y destilados.
Fue una de las noticias de la semana. Es que en su informe semanal, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó a los países "limitar" la venta de alcohol durante la cuarentena. A esa recomendación se le suman las 48 localidades argentinas que durante la pandemia prohibieron la venta de bebidas alcohólicas. Y una pregunta queda flotando en el aire: ¿aumentó el consumo de alcohol durante el aislamiento social obligatorio?.
La publicación de la OMS perseguía dos claros objetivos: en primer lugar, alertar que el consumo de alcohol podría generar una mayor exposición al coronavirus. "El alcohol compromete el sistema inmunológico del cuerpo y aumenta el riesgo de resultados adversos para la salud", expresan en el informe, a la vez que agregan que "se puede exacerbar la vulnerabilidad de la salud, los comportamientos de riesgo, los problemas de salud mental y la violencia".
Las cifras impactan: de acuerdo al último relevamiento del organismo internacional, en 2016, una de cada 20 muertes fueron consecuencia del consumo nocivo de alcohol.
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Fake News
Pero, por el otro lado, la recomendación médica apuntó a aportar evidencia científica frente a la cantidad de fake news que circulan por la web. Basta con googlear las palabras "alcohol" + "coronavirus" para detectar cientos de portales que relatan, falsamente, los "poderes curativos" de la bebida.
En ese sentido, la OMS explicó que "la información errónea han generado un mito peligroso de que el consumo de alcohol de alta concentración puede matar el virus COVID-19. No es así". "El consumo de cualquier alcohol plantea riesgos para la salud, pero el consumo de alcohol etílico (etanol) de alta concentración, especialmente si ha sido adulterado con metanol, puede tener graves consecuencias para la salud, incluida la muerte”, advirtieron.
"El consumo excesivo de alcohol puede comprometer el sistema inmunitario y debilitar su capacidad de defensa contra los virus, por lo que si las personas se infectan con el coronavirus, el consumo de alcohol puede empeorar el riesgo para su salud", completa el informe.
Ley seca
Pero incluso antes de las recomendaciones del organismo internacional sanitario, varias regiones decidieron implementar algo así como la "ley seca". En total, 48 localidades -distribuidas en las provincias de Chaco, La Rioja, Jujuy, Neuquén, Santiago del Estero, Salta y Córdoba- prohibieron la venta de vinos, cervezas y destilados.
En algunos distritos la reglamentación fue avalada por el municipio, mientras que en otras se trata de una normativa policial. La realidad indica que desde ahora en esos lugares ya no podrán circular camiones distribuyendo bebidas alcohólicas y se obliga a los distintos comercios a que cierren las góndolas y las heladeras para prohibir la venta de estos productos.
Por caso, el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, argumentó que la ingesta de alcohol durante la cuarentena agrava las situaciones de violencia de género y de violencia intrafamiliar, "sobre todo en sectores vulnerables". Si bien el jefe provincial no aclaró que otras medidas se efectúan para enfrentar la problemática, el Ministerio de la Mujer remarcó que el femicidio fue el único delito que no disminuyó en la cuarentena. La línea 144, de atención gratuita, fue reforzada y se agregaron otros canales de comunicación de asistencia a las víctimas.
A su vez, las cámaras de bebidas alcohólicas y las cooperativas vitivinícolas rechazaron fervientemente la ley seca de los municipios. "El vino es un alimento que está en el código alimentario, sumando que tiene una ley que lo ampara a nivel nacional. Es tradición y parte de nuestra cultura gastronómica que promueve su consumo moderado”, explicó Nicolás Vicchi, referente de las compañías de vinos en Mendoza.
"Las consultas al Sedronar crecieron durante la cuarentena"
El Canciller se comunicó con Gabriela Torres, presidenta de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar), para dialogar sobre la problemática del consumo excesivo del alcohol, las recomendaciones para atravesar la cuarentena, la cuestión de género y la discusión acerca de si prohibir, o no, la venta.
-¿Cómo es la situación del alcoholismo en Argentina?
-Hay que entender que el alcohol es la sustancia que más se consume en Argentina. Es una droga legal que atraviesa todas las clases: hay de todos los precios y para todos los gustos. Por caso, el alcohol está muy arraigado en nuestra sociedad, se naturalizó mucho su consumo. Es decir, nadie cree que es malo tomar alcohol, todos los pibes tienen en su casa un adulto al que le parece gracioso esquivar la alcoholemia.
-Ante este panorama, ¿es riesgoso el consumo de alcohol durante la cuarentena?
-Lo que es riesgoso es el exceso de alcohol. En cuarentena somos la misma persona, pero en un contexto más desfavorable, con un mayor vacío. Por eso puede haber un exceso de alcohol. El alcohol es una droga que es depresora del sistema nervioso central, por ende, va a pasar que que vas a perder la atención, si estás angustiado vas a estar aún más angustiado. En este contexto tenemos la vida un poco más desordenada, con horarios cambiados y es importante ordenarla, marcar un ritmo de actividades. Detectamos, por ejemplo, que se empieza a tomar más temprano, a la hora del mediodía. E incluso tenemos que pensar más allá: las guardias ahora deben estar dispuestas para el coronavirus, no podemos sumar otro problema.
-¿Qué alertas se pueden detectar durante el consumo?
-Nosotros, desde Sedronar, insistimos en que se registre el consumo de alcohol: que la persona sepa cuanto está tomando. Esto, en otras palabras, es que no se olvide si tomó dos o nueve latas de cerveza. O si empezó tomando una copa de vino por las noches y ahora son dos botellas, que lo pueda detectar. Y también saber lo que le pasa al cuerpo. Porque no hay una medida exacta de alcohol, depende del contexto, de la persona, de si comió antes o no, de si tomó agua, entre otros factores.
- También la consideración de pedir ayuda.
-Es que lo importante es conocer la motivación del consumo. Es decir, para qué estamos consumiendo durante esta cuarentena. Si alguien consume cuando está triste, lo único que va a pasar es que se va a profundizar la angustia y aumentar el malestar. Porque cuando uno tiene una adicción, sea cual fuera, uno deposita en un otro que le da poder de salvación, eso es una alerta para pedir ayuda. Y es necesario que se hable del tema, promocionar la línea 141.
- ¿Hay registros de un mayor aumento del consumo de alcohol?
-Hay encuestas anónimas y voluntarias, de distintos organismos, que se hicieron por la cuarentena. Pero no pueden tomarse el carácter de representación. Lo que sí se pudo registrar fue un aumento en las consultas al Sedronar. Incluso, y ese es un dato alarmante, aquellos llamados de primera vez, que son alrededor del 40% de las consultas.
-¿Cuáles son las recomendaciones para este período particular del aislamiento social obligatorio?
-Una cosa importante para remarcar es que hay una diferencia entre el aislamiento y quedarse solo. Lo que recomendamos es que todo el mundo trate de hablar de lo que le pasa, si se da cuenta que está depositando en un objeto algo sentimental, si se da cuenta que está arrancando a beber al mediodía. Siempre hay que hablar de lo que a uno le pasa. Y si eso empieza a ser una alerta, por supuesto que se debe buscar ayuda profesional.
-Para cerrar, ¿es una solución prohibir el consumo?
-Prohibir nunca es la mejor solución. El problema es la relación que uno hace con la sustancia. Si nosotros prohibimos la cerveza, la gente buscará consumir otra cosa, sobre todo si es un problema de angustia o vacío. El tema con el alcohol es el exceso. Prohibir sin recomendaciones o explicaciones, además de que genera un mercado negro de consumo, no cumplirá con saber qué le pasa a esa persona. Tampoco la prohibición generará menos episodios de violencia. Alguien que es violento, si consume alcohol va a ser más violento. Pero alguien que consume alcohol no se hace violento. Es necesario disponer de otras medidas complementarias para tratar esa problemática.