La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó el primer medicamento con cannabis que se utilizará para el tratamiento de niños con epilepsia refractaria.

El laboratorio Alef Medical Argentina realizará el producto a base de cannabidiol (CBD) en 99,6% de pureza y 0,017% de tetrahidrocannabinol (THC). Ambos componentes cannabinoides más importantes de la planta de cannabis, sus proporciones varían según la cepa.

El CBD cuenta con múltiples propiedades terapéuticas como ser antiinflamatorio, analgésico, neuroprotector, anticonvulsivante, antioxidante, anti-náusea y antiemético. Además es antitumoral, ansiolítico y antipsicótico, según la Fundación CANNA, especializada en la materia.

Muchos padres de chicos con epilepsia judicializan la entrega del aceite de cannabis, dado que las prepagas y obras sociales no lo cubren. Meses atrás, el médico neurólogo infantil, jefe de neurofisiología y epilepsia del Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutierrez, Carlos Magdalena, sostuvo en diálogo con El Canciller que "el cannabis tiene una aplicación terapéutica que mejora la calidad de vida".

A nivel mundial y local, diversos estudios registran que el CBD es muy efectivo en pacientes con epilepsia refractaria, ya que disminuye los casos de crisis y la mortandad.

El Hospital de Pediatría Garrahan hizo el primer estudio científico en Latinoamérica sobre la efectividad del aceite de cannabis en niños con dicha esa enfermedad. El 80% de los pacientes tuvo una respuesta positiva con reducción significativa en el número de crisis. 

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Difícil acceso al cannabis vs epilepsia refractaria en niños

La epilepsia refractaria se presenta "cuando las crisis epilépticas son tan frecuentes que limitan la habilidad del paciente para vivir plenamente acorde con sus deseos y su capacidad mental y física", explica la Fundación CANNA. Y aclara que también se presenta cuando el tratamiento anticonvulsivante no controla las crisis o sus efectos secundarios son limitantes para el desarrollo normal de la persona.

La enfermedad tiene un gran impacto en el desarrollo de los niños, ya que es un trastorno neurológico crónico que padece alrededor del 1% de los chicos. Es más común que se de en la niñez, aunque puede aparecer desde el nacimiento hasta la tercera edad, según la Liga Argentina contra la Epilepsia (LACE).

Los padres, ante la aparición de la epilepsia y de otras enfermedades en sus hijos, buscan distintas vías para conseguir el aceite de cannabis. Los dos caminos son: comprar el producto en el mercado ilegal o cultivar las plantas. 

En el caso de comprar el aceite es difícil estar 100% seguro de su efectividad, a menos que pase por el análisis de alguna de las facultades que estudian los componentes, como la UBA. Los aceites que se producen en el extranjero tienen la garantía de calidad, pero con caros debido al aumento del dólar y las dificultades de viajar impuestas por la pandemia.

En el caso de cultivar, esto puede terminar en un allanamiento y posterior causa judicial. Esta situación se da porque la ley nacional de cannabis medicinal no tiene una buena reglamentación que la haga operativa. Esta deuda pendiente es reclamada por las personas que necesitan el aceite para mejorar su calidad de vida.

Asimismo, la ley de drogas sanciona con cuatro a quince años de cárcel al individuo que "siembre o cultive plantas o guarde semillas". La contradicción entre las normas deja sin amparo a quienes recurren al cannabis para palear sus dolores y sentirse mejor.

Sin embargo, la esperanza no abandona la causa. El próximo jueves, la Legislatura porteña espera aprobar por unanimidad el proyecto de ley que habilita el auto cultivo con fines medicinales.