Desde la provincia más austral del país hasta el norte argentino, las Fuerzas Armadas (FFAA) distribuyen alimentos, acondicionan centros de atención para pacientes, dan vacunas, confeccionan barbijos y producen alcohol en gel.

"A partir de los pedidos de los gobernadores e intendentes se organizó el apoyo por nuestra parte", sostiene el jefe de prensa del Ejército, el coronel  José María Colombo. Y agrega: "Armamos 14 zonas de emergencia, cada una con su comandante, sobre las brigadas que ya están posicionadas en todo el país".

En Argentina, hay 90.000 integrantes de las FFAA que forman parte de estas brigadas. Además se suman los voluntarios de distintas organizaciones sociales y el personal retirado, ya sean médicos y enfermeros. "También se presentaron muchos voluntarios civiles", explica Colombo.

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Centros de salud

El Estado argentino dispuso el armado de hospitales y carpas para prevenir el colapso ante el pico de infectados por el COVID-19. "Son un complemento del sistema de salud", dice el coronel.

Hasta el momento se establecieron dos hospitales de campaña: uno militar en Campo de Mayo, y otro Aeronáutico en Pompeya. "Se esta preparando otro en bahía Blanca", explica el jefe de prensa del Ejército.

Hospital Reubicable en Pompeya.

Todos tienen sala quirúrgica y cuentan con 50 camas cada uno. Ante esta situación, Colombo aclara el objetivo de ellos. "La idea es descomprimir a los otros hospitales. Por eso, se atenderá en los hospitales militares reubicables las situaciones que no tienen que ver con el COVID-19 para liberar al centro de salud que esté al lado", afirma.

También las FFAA colaboraron con el armado de 2500 camas en el Centro Sanitario Tecnópolis. A su vez, algunos médicos y enfermeros de las FFAA asisten en la zona de los peajes.

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Barbijos, alcohol en gel y mucho más

Las FFAA tienen el Laboratorio Farmacéutico Conjunto que habitualmente produce "medicamentos genéricos como aspirina y jarabe" para sus integrantes. También los entregan a las Misiones de Paz en Chipre o cuando se produce un desastre natural, como inundaciones e incendios.

"Por el coronavirus se triplicó la producción de alcohol en gel y las sastrerías militares se abocaron a la confección de barbijos y delantales para médicos y enfermeros", dice Colombo. Y agrega: "Hasta ahora el alcohol en gel y los barbijos fueron para proveer a las fuerzas, pero ya se hizo una entrega grande al PAMI".

Mientras tanto, el laboratorio sigue produciendo alcohol en gel, el cual "puede ser que se entregue a futuro en la vía pública", explica el coronel.

Salta: soldados trabajan en las zonas de emergencia socio-sanitaria distribuyendo agua potable.

"Tenemos plantas potabilizadoras de agua, que tienen máquinas especiales que producen agua y las embotellan para distribuir a la población", dice el coronel. El agua se entrega en Rosario, Entre Ríos, Salta y Jujuy. En estas dos últimas provincias antes de la pandemia venían haciendo pozos de agua para los wichís.

A su vez, las fuerzas hacen vuelos en helicóptero para supervisar los despliegues en las zonas donde se entregan los alimentos. "Si vemos aglomeración de gente o algún disturbio, damos aviso a las Fuerzas de Seguridad", explica Colombo.

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Conurbano bonaerense

En el Gran Buenos Aires vive el 25% de la población del país. En esa zona integrada por 24 partidos, las FFAA establecieron "siete lugares de distribución de alimentos y agua".

A su vez, el conurbano se dividió en tres zonas: centro, norte y sur. "Nosotros tomamos el centro desde San Martín hasta La Matanza", dice el teniente coronel Tomás Alberto Obregon, que es el oficial de comunicación institucional del Comando Conjunto de la Zona de Emergencia Metropolitana (CCZEM). Esta última fue creada para brindar ayuda humanitaria y apoyo a la comunidad.

La zona del centro está compuesta por La Matanza, Quilmes, José León Suárez y Moreno. Cada una tiene distintos puntos de elaboración de comida, en el caso de La Matanza tiene ocho, en Quilmes hay cuatro, en Suárez dos y en Moreno se abrirán dos.

Los soldados en el punto de entrega de comida.

La cocción comienza a las 9hs. y hay un menú previsto para que hayan víveres suficientes. Son tres comidas diarias que se distribuyen a lo largo del día.

"El menú es rico en calorías como guiso de fideos, de arroz, de lentejas, carne o pollo", sostiene Obregon. "Por ahora no solicitaron agua, pero en el caso de que no haya potable se entregaría como sucede en el interior del país".

Las FFAA ponen a disposición a sus miembros para que cocinen y entreguen la comida, mientras que los municipios brindan los alimentos. El teniente coronel sostiene que "se cocina en las cocinas de comedores, parroquias o escuelas, y se suma la cocina del Ejército, y después se reparte en vehículos del Ejército".

El municipio define el punto de entrega de los alimentos cada día. En cambio, los puntos de elaboración son fijos. 

Las personas llevan sus tupper para el retiro de la comida. "Es raro que no lleven su recipiente, pero en el caso de que así sea, el municipio les provee un recipiente descartable", agrega.

La Matanza

"Las personas que trabajan en La Matanza duermen en una base ubicada en Quilmes. Cada tres o cuatro días hay un relevo", explica el jefe de prensa del Ejército. En 2018, el INDEC realizó un estudio que sostenía que en La Matanza viven más de 2.000.000 de personas. 

"En La Matanza se entregan 35.000 raciones diarias y hay casi 120 hombres asistiendo en esa localidad" , dice Obregon. Además es la zona en donde más puntos de elaboración hay, en total son ocho. Hace ocho días que entregan comida allí y ya alcanzaron las 170.000 raciones.

Un grupo de cuatro veteranos de la Guerra de Malvinas, que viven en el partido, son voluntarios en la elaboración de la comida.