La situación en Europa con la cuarta ola de Covid-19 ya es una realidad. Está claro que la llegada del invierno, el relajamiento en los cuidados sanitarios y la propagación de la variante Delta, ayudaron a que en el viejo continente se incrementaran los contagios y las muertes. Hasta la semana pasada, ese territorio tuvo un promedio de 4.200 fallecidos por día, el doble de lo que fue septiembre. 

Algunos países volvieron al confinamiento, otros lo están analizando y algunas poblaciones están sufriendo consecuencias extremas, como es el caso de Alemania. En ese país, con cerca de 83.100.000 de personas, las cifras son alarmantes. En las últimas 24 horas se registraron 75.961 casos y 351 fallecidos, con lo cual se superó la barrera de los 100 mil fallecidos.

Por otra parte, Portugal ya impuso una semana de confinamiento para después de la navidad: esto implica teletrabajo obligatorio en todas las empresas, el cierre de hotelería y restaurantes, y la suspensión de la vuelta a las aulas.

El gobierno de Eslovaquia, al igual que Austria, fue más duro. Ordenó un confinamiento general de dos semanas que supone el cierre de bares, restaurantes y solo abrirán comercios de primera necesidad. El primer ministro advirtió que el momento que están atravesando “es grave” y dijo que “se evaluará en diez días” la situación; en caso de permitirse alguna apertura será solo para “los vacunados y los curados”

En Francia hoy se registraron 30.000 nuevas infecciones por segundo día consecutivo, algo que no se había visto desde finales de abril. Desde el Gobierno, adelantaron que, por el momento, no habrá "ni cierre anticipado de comercios ni restricciones". Los funcionarios remarcaron que no era necesario seguir a países como Austria, aunque aceptaron el endurecimiento de algunas medidas.

En Países Bajos, actualmente los bares, restaurantes y comercios esenciales cierran a las 20. El resto de los comercios a las 18. Las manifestaciones están prohibidas y los partidos de fútbol se juegan a puerta cerrada.

Una advertencia

La Organización Mundial de la Salud alertó que el resurgimiento de la pandemia de coronavirus podría generar 700 mil muertes más de acá al 1 de marzo de 2022. En el comunicado, la OMS afirmó que esto se daría “en 49 de los 53 países que componen la región Europea” y que los muertos superarían “los 2,2 millones hasta la primavera”.

Argentina expectante

El ministro de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós, transmitió tranquilidad al afirmar que no necesariamente lo que sucede en Europa sea una “proyección” de lo que pueda pasar en América. “Allá están teniendo dificultades para completar la vacunación”, indicó el funcionario. Días atrás, el funcionario dijo algo similar, destacando la vacunación en Argentina: “Tres de cada cuatro porteños ya tiene el esquema de vacunación completo”. Con respecto a eso señaló que “los escenarios de inmunidad son distintos”. 

Además, destacó que “no se pueden hacer comparaciones lineales” con Europa porque “cambiaron los escenarios epidemiológicos”. Esto último tiene que ver con el periodo invernal, el relajamiento de cuidados y la menor tasa de vacunados. En la Unión Europea el 67% de la población está completamente inmunizada. El problema es que existe una disparidad entre países; Portugal cuenta con el 87% de la población completamente vacunada y Bulgaria solo tiene el 24%.

Carla Vizzotti fue en la misma línea que Quirós y argumentó que en la Argentina hay “una situación muy diferente a la de Europa” porque allí está “la pandemia de los no vacunados”

Por otro lado, el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, mostró su temor ante lo que viene: “En el verano podríamos tener algún tipo de rebrote, pero no creo que nos lleve a tomar restricciones”. En ese sentido, alertó que podría venir “una ola” ya que al hacer calor “hay aire acondicionado en lugares cerrados”. Asimismo, pidió “seguir usando el barbijo y mantener la ventilación en lugares cerrados".