Las apuestas, las predicciones y los vaticinios, así como el clásico Prode, son prácticas milenarias. El Pulpo Paul, que en paz descanse, fue tan solo un intérprete dentro de un sistema que se encuentra en jaque durante el Mundial de Rusia 2018. Y no solo refiere al colapso de sus sitios webs que permiten hacerlo en vivo.

La 21era Copa del Mundo trajo consigo resultados tan sorprendentes como inesperados. Ni el mexicano más optimista o el brasileño más prudente arriesgaron lo que finalmente sucedió en la cancha.

Las selecciones de Argentina, España, Brasil y Alemania evidenciaron grandes problemas de juego, decepcionaron en sus debuts y todo parece indicar que ninguna la tendrá tan fácil como seguramente lo planificó. Incluso Uruguay y Francia, que ganaron sus partidos, sufrieron hasta el final contra rivales accesibles.

La furia de super Cristiano

El caso de España es, acaso, el menos llamativo de todos. La sorpresiva y escandalosa salida de su entrenador, Julen Lopetegui, afectó directamente al estado anímico de un plantel compuesto en su totalidad por jugadores de elite poco acostumbrados a cimbronazos. Y, como aliciente, enfrentó a uno de los mejores jugadores de la historia.

Sin embargo, pese a la presencia de Cristiano Ronaldo, la Selección de Portugal es limitada en todas sus líneas.Y recostado sobre un CR7 intratable, le robó un empate a los ahora dirigidos por Fernando Hierro, que, al igual que sus vecinos y contrario al fútbol asociado que predican desde 2007, dependieron de individualidades para llegar al gol.

La Messi dependencia y los errores de Sampaoli

La Selección Argentina no la pasó nada bien en su debut. Errores de planificación de un Jorge Sampaoli poco astuto, un Lionel Messi terrenal oprimido por la presión y dependencia de sus compañeros, y el riguroso, casi obsesivo, orden de Islandia, confluyeron en un empate amargo que decepcionó a muchos.

Aquella idea de buscar un socio para Messi y de configurar un equipo alrededor suyo pierde valor si el mejor del mundo tiene un partido opaco. Peor aún si el rival se dedica a marcarlo personalmente y cerrarle los caminos. Y cuando se necesitaba la mano del entrenador, no solo no apareció, sino que confundió los caminos.

La superposición de Mascherano y Biglia, la falta de determinación de Tagliafico y Salvio para llegar al ataque, el flojo nivel de un Meza incómodo recostado sobre la derecha, la carencia de ideas de Di María y la alarmante inseguridad que exhibió Caballero obligan a Sampaoli a pegar un volantazo para encauzar el rumbo y clasificar a octavos.

La tibieza de Neymar

En una situación similar a la de Argentina, la Selección de Brasil vivió un calvario ante Suiza, un rival un poco más fuerte que le faltó el respeto. El empate 1-1 en el estadio Rostov Arena fue el resultado más justo por el desarrollo de un partido chato que se celebró en Europa.

Lejos de imitar lo demostrado en las Eliminatorias Conmebol, los dirigidos por Tité confundieron los caminos para perforar el muro que protegió el arco suizo. Con poco juego asociado y enfocado plenamente en potenciar las individualidades, depositaron todas sus expectativas en un Neymar que no estuvo al 100% desde lo físico y decepcionó.

Para colmo, quizás preso de su juventud, el astro del Paris Saint Germain se mostró fastidioso y errático con el correr de los minutos, terminando, así, por dilapidar las chances de la verdeamarelha de conseguir un triunfo en el debut.

La pesadilla de Alemania

En el Luzhniki Stadium se vivió el mejor partido del Mundial de Rusia, desde todos los aspectos. El seleccionado de Alemania, campeón defensor del título, vivió una verdadera pesadilla ante su par mexicano, que tuvo en su director técnico, el colombiano Juan Carlos Osorio, al verdadero responsable del primer batacazo.

Con un esquema dispuesto al contraataque, México contuvo el avance alemán y apostó a la velocidad y precisión de Chicharito Hernández, Hirving Lozano y Miguel Layún. Y funcionó. Incluso, el Tri tuvo en los pies de sus delanteros más de cuatro situaciones claras de gol.

Los dirigidos por Joachim Löw exhibieron una preocupante falta de liderazgo, que contrastó claramente con la última competencia mundialista, que tuvo a Philipp Lahm y Bastian Schweinsteiger como estandartes de la coronación de un proyecto superlativo.

Sobre la hora y con lo justo

Pese a que consiguieron superar el debut con triunfos, Francia y Uruguay también sufrieron la paridad ante selecciones que, en los papeles, simulan ser débiles, pero, en la cancha, rompen con todos los pronósticos.

Seguramente, con estos sorpresivos debuts, muchos harán cambios para los próximos partidos. Y no solo los entrenadores de las potencias, sino también aquellos que quieran recuperar algo del dinero que perdieron en las primeras apuestas.