El único argentino en saco y corbata
Gana terreno el Capitalismo en los zooms. La gente se come un sánguche al lado de la computadora.
Hay que pedir media torta de queso al Florida Garden, comerla con la sensación extraordinaria del right now mezclada con esa cosa espantosa que es creerte Aníbal Troilo por extrañar bares cerrados.
Los bares están sacando dos sillas a la vereda, como cuando Coca Cola te muestra el vaso helado con olitas de coca adentro.
Estaría bien que Horacio permita poner tres mesas en la vereda. La Regla de las tres mesas suena muy bien de una manera vaquera. Nadie estaría en contra y podríamos estar sentados muy abrigados en invierno.
Alberto, por su parte, tiene que dejar de ser el único argentino de saco y corbata. La corbata es el antiaspiracional, anda a preguntar a Giesso y que te cuenten, la gente detesta usar corbata.
Bastante aprieta el cuello la pandemia mundial. El Presidente tiene que estar siempre de camisa y saco azul. Le sumaria mucha facha la apropiación cultural del Pantone unitario.
El trabajo del Presidente en cámara es vender miedo en la medida justa. La cuarentena se sostiene en los que tienen miedo, en los responsables, en los que ya se acostumbraron a estar adentro.
A la gente que no sale nunca le va a dar mucha impresión la calle, ir hasta la otra panadería es la manera que tienen algunos ciudadanos de prevenir que se les oxide la carrocería.