Avengers Endgame: siempre Avengers, nunca InAvengers
Este jueves 25 de abril se estrena en Argentina el desenlace de una historia que comenzó hace 11 años y que trajo a la pantalla a los superhéroes más poderosos de la Tierra. Después de Endgame, nada va a ser igual.
Avengers Endgame es una carta de amor a sus héroes y el mejor regalo para los fans. Es el final de un camino para los que comenzamos con Iron Man (2008), primer film de esta saga, en el cine.
Desde entonces, la cita inevitable era y es ver "la nueva de Marvel", y esperar la escena post créditos que conecta con lo venidero. Los superhéroes se habían puesto de moda allá por el 2010, un sueño cumplido para muchos que encuentra su punto más alto en la cuarta entrega de Vengadores.
Los años pasaron y el plan fue claro desde el día uno: "La iniciativa Avengers". Todo inició con Robert Downey Jr. como la cara principal y en el papel de Tony Stark. Avanzó el proyecto de manera escalonada.
Avengers (2012) fue el punto más alto, la reunión definitiva del grupo de los héroes más poderosos de la tierra: Iron Man, Capitán América (Chris Evans), Hulk (Mark Ruffalo), Thor (Chris Hemsworth), Black Widow (Scarlett Johansson) y Hawkeye (Jeremy Renner). Y también el inolvidable cierre de la "primera" fase.
O sea, había más en el camino, uno que duró 11 años y que llega a su fin con Avengers Endgame, película que además de tener épica y nostalgia, es el resumen perfecto de todo lo logrado en esta década por Marvel Studios.
Dura 181 minutos y no te da respiro. Tampoco tomás conciencia del tiempo. Reúne condiciones de sobra para convertirse ya no en una obra cinematográfica, sino en un evento, en el punto final de 59 horas de películas.
Avengers Endgame tiene toda la épica de Infinity War, la nostalgia del fin de ciclo y un sentido homenaje a sus grandes héroes: Thor, Steve y Tony. Tiene humor a patadas (y delirios a lo Ragnarok), tiene momentos de reencuentros como los primeros dos capítulos de la octava temporada de Game Of Thrones y, por sobre todo, amor por sus personajes.
La cuarta entrega de Avengers y la continuación directa de Infinity War (la cuarta película más taquillera de la historia) comienza en el tan doloroso chasquido, ese que borró al 50% de la población del universo por deseo del poderoso Thanos (Josh Brolin).
Clint Barton, Hawkeye, es quien abre el film y revela su paradero justo en el momento más doloroso de los seres vivos. Cabe recordar que no aparece en Infinity War porque estaba disfrutando de su retiro en familia.
Mientras tanto, Tony Stark (Robert Downey Jr., con aspecto demacrado y a la deriva en el espacio) intenta volver a su hogar luego de la derrota a manos del Titán Loco. Ese es el punto de partida del film que tiene tres fragmentos bien divididos llenos de emotividad, batallas y derroche visual como pocas películas en la historia del cine. Incluso más que la tercera entrega de El Señor de los Anillos o la última de Harry Potter, por compararla con otras grandes franquicias.
El riesgo de contar tanto en un mismo film era altísimo de antemano. Los Russo, directores de la película, logran salir ilesos. En un bien logrado balance entre nostalgia, enfrentamientos descomunales, una misión al mejor estilo La Gran Estafa y el homenaje a su propia historia, la película se mueve velozmente de un género a otro y en diferentes tonos.
Todos tienen su lugar. Todos brillan, aunque no más que el power trío que toma el protagonismo en los momentos más visualmente impactantes del film. No está demás aclarar que hay que despojarse de las ideas previas construidas por lo visto en los tráiler y déjarse sorprender.
En el guión escrito por Christopher Markus y Stephen McFeely, aunque por momentos quedan en evidencia algunas flaquezas (sobre todo en el nudo de la película), la pericia para contar esta historia y rendirle tributo a sus personajes sin perder movilidad, es para valorar.
Estos héroes llevan 11 años en pantalla y el fim quiere remarcar todo el tiempo que es el final de un camino. Es cierto que algunas decisiones llevarán la polémica a las redes sociales en los próximos días (sobre todo con la misión y lo que sucede en ella), pero no arruina la experiencia.
Respecto a las actuaciones y a la reducción del cast, en Infinity War se sintió el malabarismo aplicado para que todos tengan su momento. No es que no hayan salido ilesos, pero en Avengers Endgame se disfruta el tiempo que tiene cada uno de los Avengers originales para desarrollar su historia. Y todos lo logran positivamente, de calidad, aunque el costo de dejar afuera a tantos personajes se siente en algún momento.
Sin embargo, vale la pena disfrutar de esta cinta que da espacio para que se luzcan los fundadores del grupo. Por otro lado, hay personajes como Capitana Marvel (Brie Larson) que no tuvieron el tiempo suficiente para lucirse y cuando lo hacen se siente forzado. Lo mismo con Don Cheadle y su War Machine.
Se hace difícil continuar con la crítica sin contar giros importantes de la trama. En algún momento, más adelante, me gustaría discutir ciertas decisiones de los Russo y sus escritores, porque en Avengers Endgame sobran las sorpresas y eso complica el análisis. Lo cierto es que este cierre sorprende desde lo imponente y emociona por cuestiones obvias. Sin miedo a equivocarme, es un evento cinematográfico de proporciones titánicas.
Es, ante todo, un homenaje a sí mismo que funciona como cierre (o al revés); pero también el principio de una nueva era. "La saga del infinito" finaliza en Avengers Endgame, hasta ahora la más ambiciosa, emotiva y desgarradora película de superhéroes de la historia del subgénero.