Tras un acuerdo entre el kirchnerismo y la UCR, el senador radical Martín Lousteau se quedó este martes con la cotizada presidencia de la comisión bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia, un organismo clave cuyo control era disputado por el oficialismo y el PRO.

En el marco de este pacto, el diputado nacional de Unión por la Patria Leopoldo Moreau fue confirmado como vicepresidente segundo, mientras que el senador kirchnerista Oscar Parrilli fue proclamado secretario de la bicameral. 

La vicepresidencia segunda de la comisión, en tanto, quedó en reserva para el oficialismo y el PRO.

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Este reparto de cargos se definió gracias a la mayoría de ocho votos sobre un total de 14 que consiguieron Unión por la Patria y la UCR. 

Por el radicalismo votaron en ese sentido el propio Lousteau y la diputada Mariela Coletta, mientras que por UP lo hicieron sus seis integrantes: Germán Martínez, Paula Penacca, Oscar Parrilli, Eduardo "Wado" de Pedro, Leopoldo Moreau y Florencia López.

La jugada que pergeñaron el radicalismo y el kirchnerismo -que se asegura mantener una fuerte influencia en la bicameral de Inteligencia- representa un golpe para las aspiraciones de La Libertad Avanza y el PRO, que buscaban quedarse con la presidencia y desplazar a Unión por la Patria.

Los otros candidatos a la presidencia que quedaron fuera de carrera en la pelea con Lousteau eran el senador del PJ disidente Edgardo Kueider (Unidad Federal), que era promovido por Santiago Caputo y Karina Milei, y por otro lado el senador Martín Goerling (PRO), quien tenía el beneplácito tanto de la vicepresidenta Victoria Villarruel como de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. 

La comisión de Inteligencia, que recién se constituyó este martes, tendrá hacia adelante un camino de importantes desafíos, entre los cuales sobresale el análisis del decreto 656 que amplió en $100.000 millones el presupuesto para los fondos reservados de la refundada Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE).

Lousteau defendió su designación, al considerar que se trata de un órgano de contralor y, por lo tanto, debe estar en mano de la oposición.    

"Este tipo de comisiones bicamerales de control, como otras que existen, no debe ser un instrumento más del oficialismo, ya que estamos viendo no solamente lo que ha pasado con los servicios de inteligencia en los últimos años, sino últimamente indicios lo suficientemente fuertes de que están siendo utilizados para perseguir periodistas, para hacer campañas, para perseguir opositores", detalló.    

"Si no hay un buen control de estos órganos, le hacemos un muy flaco favor a la democracia. Si estos órganos no se atienden a las normas constitucionales, legales, reglamentarias, lo que está en juego, lo que está en peligro, lo que se denigra, son las garantías individuales constitucionales y por ende también la vida democrática", agregó.