Las dos variantes del peronismo nacional se sienten apuradas. Después de las elecciones de 2017, donde Cambiemos obtuvo una importante victoria en todo el país, dieron por descontada la reelección del presidente Mauricio Macri y -más aún- de la gobernadora María Eugenia Vidal para 2019.

Ahora, la crisis económica, la corrida cambiaria y la sensación de un Gobierno que no presta atención al humor social los pone a precalentar en el corto plazo.

En ese marco, aparecen los ensayos de todo tipo con nombres propios de todo el arco ideológico. El único consenso que existe es la necesidad de vencer a Mauricio Macri en las urnas el año próximo.

Solá o Lavagna: el plan de los intendentes K para vencer a Macri y perforar el techo de Cristina

Sin embargo, en ese sentido, todos los cuadros del partido coinciden en la necesidad de que una de las dos partes ceda ante la otra: que la senadora Cristina Kirchner done su piso del 30% al bien común de un candidato intermedio, o que los dialoguistas le vuelvan a dar su respaldo a quien gobernó el país por ocho años pero ahora acumula tres derrotas electorales consecutivas.

En el conurbano bonaerense, un núcleo duro de intendentes kirchneristas asegura que nadie gobernaría mejor que Cristina, pero reconocen la veracidad del neo proverbio peronista "Sin Cristina no se puede, pero con ella sola no alcanza".

"Felipe Solá o Lavagna, con el apoyo de Cristina, conseguirían más votos que ella", asegura un importante intendente peronista de la provincia de Buenos Aires.

En el peronismo, el objetivo común de ganarle a Macri es la llave de la unión de cara a 2019. Para lograrlo, ganan fuerza los ensayos con candidatos de un solo mandato, como Solá o Lavagna. Un Gobierno de transición para reordenar las cosas dentro del partido.

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Si bien a los intendentes de la Provincia les gustaría que el candidato a la gobernación sea uno de ellos, la competencia les impide decidir y ni siquiera Verónica Magario se impone entre los suyos.

Por ese motivo, esperan que la alternativa para vencer a Vidal sea una decisión tomada desde arriba, por la misma Cristina Kirchner, que todavía mira encuestas y no adelanta nada de lo que hará el año que viene.

En tanto, también prevén que los números del Gobierno podrían mejorar en el segundo semestre del año electoral, en el que se pronostica que el país estará creciendo al ritmo del 5% anual, siempre y cuando logre superar la hecatombe que comenzó en el segundo trimestre de este año y hace aumentar la resistencia en las calles.