La idea que solía ser definido como la "ancha avenida del medio” es cada vez más angosta, ya que poco a poco ha ido perdiendo sus referentes. Sin embargo, en el espacio Consenso Federal 2030 todavía insiste con ella. Frente a los múltiples disparos desde los dos sectores mayoritarios para quedarse con los votos de la tercera vía, Roberto Lavagna y Juan Urtubey buscan que las PASO no se polaricen para mostrar que existe una importante masa de votantes que no quiere ni a Mauricio Macri ni a Cristina Kirchner.

El precandidato a vicepresidente del frente, Juan Manuel Urtubey, volvió a demandar, como lo viene haciendo desde hace varios meses, una reforma política que lleve a la Argentina hacia un sistema semiparlamentario. "Queremos un jefe de Gabinete designado con acuerdo del Congreso”, declaró durante el seminario Democracia y Desarrollo. La propuesta es la antítesis del actual esquema del gobierno nacional, en el que Marcos Peña concentra un poder muy grande y comanda a los ministros.

Si se llega a implementar una reforma que vaya en ese sentido, provocará "que el Congreso sea corresponsable de políticas públicas con una lógica semiparlamentaria”, insistió el candidato ante los presentes. Para el dirigente peronista, el actual sistema "llama" a la confrontación y no al consenso o al esquema de coaliciones, es decir, el que está presente en la mayoría de las democracias europeas, donde varias fuerzas deben juntarse para formar gobierno.

Los dichos de Urtubey vienen en línea con la jugada que realiza desde que empezó la campaña, en un principio como precandidato a presidente de Alternativa Federal y hoy como vice de Roberto Lavagna. No sorprende entonces que, al ser consultado por los pases de sus excompañeros de frente, Miguel Ángel Pichetto y Sergio Massa, haya continuado con la misma cordialidad de siempre y dijera que no los ve como traidores.

Al mismo tiempo, la postura del gobernador de Salta puede ser leída como un guiño a los mercados que buscan estabilidad política en el país. Una reforma política en la que se necesitara la aprobación del Congreso para nombrar al jefe de Gabinete generaría "mínimas condiciones de confianza”. 

Así, ante un auditorio compuesto por empresarios e integrantes del "círculo rojo”, Urtubey intentó conquistarlos, junto con parte del electorado, con la búsqueda de consensos que viene pregonando desde el inicio de la campaña.