Luego de varios meses de una postura transigente, la CGT convocó a un nuevo paro general contra la administración de Mauricio Macri. De esta manera, respondió a las duras críticas esgrimidas por Hugo Moyano, quien descargó en reiteradas oportunidades su bronca por lo que considera un accionar pasivo de la central obrera ante la crisis económica.

"Desde todos los sectores se le dio una mano al Gobierno. La CGT siempre fue prudente, como tiene que ser, y la oposición también, y lo único que armaron fue una timba financiera para sus amigos", había manifestado recientemente Carlos Acuña. La paciencia terminó

"No hay sector que se salve de tener problemas", manifestó Héctor Daer en conferencia de prensa al comunicar la medida de fuerza, estipulada para el miércoles 29 de mayo. Acuña comentó que en la reunión que mantuvieron con los representantes de la misión del FMI, el Consejo Directivo les planteó que el nivel de endeudamiento contraído por el Gobierno nacional es insostenible.

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Dos semanas atrás -el 30 de abril y el 1 de mayo-, la cúpula de la CGT había rechazado plegarse al cese de actividades que convocó el sindicalismo más radicalizado, con los Moyano, las dos CTA, la UTA, organizaciones sociales y gremios docentes a la cabeza. "Si la CGT hubiera estado en la dictadura, todavía estaríamos con los militares", fue una de las tantas acusaciones que el titular de Camioneros le propinó a la central.

La última huelga general lanzada desde la sede de Azopardo 802 fue el 25 de septiembre de 2018, semanas después de la segunda corrida cambiaria que se cobró el puesto de Luis Caputo en el Banco Central y obligó a la mesa chica del Ejecutivo a efectuar una jibarización del gabinete.

Con el consumo en terapia intensiva, la tasa de desempleo cerca de los dos dígitos, el índice de pobreza superior al 30% y proyecciones inflacionarias en torno al 40% anual, Macri afrontará el sexto paro general en su contra durante sus tres años y medio de gestión. Así, superará los cinco que recibió Cristina Fernández de Kirchner, con la diferencia de que la expresidenta los sufrió a lo largo de sus dos mandatos.