Reclama el Gobierno a Brasil que importe más alimentos para reducir el déficit comercial
Luego de la sintonía exclamada por ambos gobiernos al culminar la primera cumbre entre Mauricio Macri y Jair Bolsonaro y el acuerdo para fortalecer el comercio bilateral, el Ejecutivo le reclamó a su par brasileño que imponga menos trabas a la importación de alimentos, en pos de reducir el déficit comercial imperante.
Después de los numerosos guiños al flamante presidente brasileño en materia económica, desde la secretaría de Comercio Exterior solicitaron fortalecer la alianza entre ambos países para lograr reducir los aranceles y así favorecer la balanza comercial con el gigante sudamericano, que en este momento presenta un déficit de US$29 millones, según las últimas cifras publicadas por el INDEC.
La secretaria de Comercio Exterior, Marisa Bircher, afirmó que hace falta una balanza más equitativa, y que el déficit se da de forma natural por la importación de autos. "Estamos pidiendo que el aumento que podemos tener en la participación de las importaciones brasileñas sea a través de la agroindustria", puntualizó.
Para lograr el cometido, es necesaria una convergencia regulatoria que habilite el levantamiento de trabas a la importación de alimentos, por medio de la eliminación de trámites, costos y tiempo.
Para lograr el cometido, es necesaria una convergencia regulatoria que habilite el levantamiento de trabas a la importación de alimentos, por medio de la eliminación de trámites, costos y tiempo.
En un contexto en el que Argentina tiene que cuidar cada dólar y no puede “gastar más de lo que tiene”, como repiten hasta el hartazgo desde el Gobierno para convencer del equilibrio fiscal y la austeridad, desde el Ejecutivo consideran importante fortalecer el lazo comercial con Brasil.
En septiembre de 2018 se exportaron bienes por unos US$933 millones, cifra que aumentó un 7,2% respecto a igual período del año anterior y que convirtió a Brasil en el principal socio comercial de Argentina.
El gobierno nacional aguarda con ansias que el proyectado crecimiento de la economía del país vecino sea un impulsor de las manufacturas locales en el año electoral.