Martín Lousteau pasó, en sólo cuatro años, de estar a dos puntos porcentuales de arrebatarle el poder al PRO en la Ciudad, a alinearse a las filas oficialistas con la mira en 2023. Afiliado al radicalismo porteño, el economista se identifica hoy como un dirigente de "centro izquierda" que cree que el Estado debe embarrarse en la economía para corregir la desigualdad. Para las presidenciales, quería que el radicalismo tenga un candidato propio en la interna con Macri y en su entorno lo fogonearon para la pulseada, pero desistió para ser candidato a senador con el camino allanado a la jefatura de Gobierno de la Ciudad en 2023.

Aunque defiende la gestión en líneas generales, se erige con postura propia frente a los problemas de la coyuntura económica y, a diferencia de otros referentes de su espacio, identifica al kirchnerismo como una versión democrática del populismo. 

Está primero en la lista de senadores y camina seguido la Ciudad con Rodríguez Larreta, pero deja lugar en su agenda para actividades propias: milita el aborto legal junto a Guadalupe Tagliaferri, su condición para teñirse de amarillo. Además, el exministro consigue elogios del candidato opositor, Matías Lammens, uno de sus votantes en 2015. En su discurso no son protagonistas la polarización, Venezuela ni el libre mercado.

Hace dos días, en una entrevista con la CNN, el presidente Mauricio Macri había asegurado que “lo que está en juego en esta elección es la democracia”. El economista que perdió contra Larreta en 2015 identificó al kirchnerismo como un modelo populista que “desordenó al Estado”, pero no cuestionó que se encuentra dentro de los márgenes del régimen vigente. “No creo que esté en peligro la democracia”, manifestó en una entrevista con Luis Novaresio en La Red.

Polarización cero y agenda propia: la campaña (no tan amarilla) de Lousteau