Luego del informe de pobreza que difundió la UCA y el documento crítico de la multisectorial aliada a la Iglesia, el presidente Mauricio Macri recibió hoy en la Casa Rosada a las autoridades de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), con el objetivo de reflotar el diálogo y aplacar los cuestionamientos por la situación económica.

El mandatario nacional, acompañado por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y la ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, se reunió con el titular de la CEA y obispo de San Isidro, Oscar Ojea. La Iglesia del Papa Francisco le trasmitió al Gobierno su preocupación por el crecimiento de la pobreza en el país. En ese marco, el presidente aseguró:  “Todavía tenemos meses duros por delante. Estamos en el territorio y sabemos lo que pasa, no ignoramos los problemas”.

La semana pasada, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA difundió su índice de pobreza correspondiente al tercer trimestre: 33,6 por ciento. Tras conocerse el dato, el Gobierno pidió esperar para sacar conclusiones a los números oficiales del Indec, que mide la pobreza cada semestre y la próxima cifra estará en marzo.

Días atrás, la Iglesia se entrevistó con empresarios, sindicalistas y referentes de organizaciones sociales, que consensuaron un duro documento contra el Gobierno, en el que advirtieron sobre la "grave" situación social que atraviesa la Argentina.

“Todavía tenemos meses duros por delante. Estamos en el territorio y sabemos lo que pasa, no ignoramos los problemas”, dijo Macri

Del encuentro también participaron el canciller Jorge Faurie; el secretario de Culto, Alfredo Abriani; el vicepresidente primero del Episcopado, Mario Poli (arzobispo de Buenos Aires); el vicepresidente segundo, Marcelo Colombo (arzobispo de Mendoza), y el secretario general, monseñor Carlos Malfa (obispo de Chascomús).

La Casa Rosada propició una foto con la Iglesia para bajar la presión por las dificultades económicas en el cierre del año. Además, el presidente espera que el encuentro sirva para concretar un acercamiento con el Papa Francisco, en medio de su relación con altibajos durante los tres años de su mandato.

Estaba previsto que en la reunión se abordara también el plan de la Iglesia de renunciar de forma progresiva a los aportes que recibe del Estado. Esa discusión surgió este año luego de las duras críticas que distintos sectores de la sociedad lanzaron a la Iglesia tras el debate por la legalización del aborto.