Amado Boudou volvió esta mañana a los tribunales de Comodoro Py. Específicamente, en el segundo juicio que tiene que enfrentar: la causa Ciccone. Con una victoria en el bolsillo luego de conseguir su excarcelación durante la feria judicial, su estrategia en el juicio es conseguir que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº4 utilice la declaración como arrepentido de Alejandro Vandenbroele a su favor.

El supuesto testaferro del ex vicepresidente declaró el año pasado que no conocía a Amado, que sólo lo había visto dos veces pero admitió un vínculo con José María Nuñez Carmona (una relación que no se negó). Esa declaración no forma parte del juicio sino que es parte de otras tres causas: la ruta financiera de Ciccone, el lavado de activos en la causa por enriquecimiento y la renegociación de la deuda con Formosa.

La estrategia parece dificultosa, justamente porque esa declaración se dio por fuera del juicio y no está incorporada. La otra punta de lanza es invalidar el testimonio de la primera persona en vincular a Vandenbroele con Boudou: Laura Muñoz, ex esposa del “arrepentido”. No es algo extraño que los acusados pidan el falso testimonio de los testigos sino una movida más que habitual.

Mientras tanto, mañana Agustina Kämpfer se tendrá que presentar en indagatoria en el juzgado de Ariel Lijo, amo y señor de las causas contra Boudou en los tribunales de Retiro. A partir de ese momento, estará en condiciones de procesarlo en la causa por enriquecimiento. En este contexto, no hay que olvidar el reto que le dio la Cámara Federal a Lijo sobre cómo llevaba la causa.

Mientras tanto, está pendiente para 2018 la realización de lo que en Tribunales denominaban como la causa más “floja” contra Amado: el 08 del auto. En tiempo récord, Casación el año pasado ordenó que se realizara un nuevo juicio.

El mismo Tribunal de Ciccone tiene la causa por la compra “antojadiza” de 19 autos realizada cuando era ministro de Economía, en 2009, todavía sin fecha de debate.