En lo que fue su última actividad de la gira por Israel, el Vaticano e Italia, el presidente Javier Milei brindó una entrevista exclusiva a un canal de televisión de Roma en la que se definió como "anarcocapitalista" y señaló que primero pensaba que el socialismo era un "problema mental", pero que luego se dio cuenta de que es una "enfermedad del alma". Asimismo, realizó un análisis en el que denostó la figura del Estado.

"Filosóficamente soy anarcocapitalista y por lo tanto siento un profundo desprecio por el Estado. Creo que el Estado es el enemigo, creo que el Estado es una asociación criminal, donde un grupo de políticos se ponen de acuerdo en utilizar el monopolio de la violencia para robar recursos del sector privado", resaltó el mandatario en declaraciones al programa "Quarta Reppublica" de la cadena Retequattro.

"Como decía Oppenheimer, el método que se utiliza en el mercado es la inversión, el comercio, y el método del Estado es precisamente el robo, y por lo tanto el Estado no es solo la mayor organización criminal del mundo, sino también el mayor ladrón estacionario del mundo", continuó ante un atónito presentador que le repreguntó ante sus altisonantes dichos. 

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Con el correr de la charla, Milei ejemplificó y no retrocedió en su ataque a la entidad que representa como máximo gobernante argentino: "Un ladrón ataca de vez en cuando, pero cada vez que vas a comprar algo en un lugar, te está robando el Estado a través de los impuestos". Por lo tanto concluyó que "el Estado te roba todos los días". 

En otro tramo de la entrevista, el presidente calificó de "comunistas cobardes" a "muchos socialistas que quieren llegar a eso a largo plazo". Además confesó que antes pensaba que el comunismo "era un problema mental", pero luego se dio cuenta de que "era algo mucho peor, que era una enfermedad del alma". "Cuando el socialismo se ha aplicado bien, han asesinado a más de 6 millones de seres humanos", consideró.

Por otra parte, tras las fuertes críticas que había expresado contra el Papa Francisco durante la campaña electoral, el mandatario reconoció que tuvo que "reconsiderar" algunas de sus posiciones porque ha comprendido "en estos últimos tiempos, entre otras cosas, que el Papa es el argentino más importante, es el líder de los católicos en el mundo". 

"Por consiguiente, todo esto implica algo muy, muy importante: representa una institución muy importante sobre todo en un país como Argentina, que tiene tantas raíces católicas. En consecuencia, tuve que reconsiderar algunas posturas y, a partir de ese momento, comenzamos a construir un vínculo positivo", concluyó sobre el pontífice, con quien compartió dos jornadas, el domingo y el lunes, en las que se los vio distendidos más allá de los protocolares encuentros. 

Por último, el mandatario realizó un balance sobre la gestión que lleva desde que asumió la Presidencia. Al respecto, sostuvo que "en estos 50 días ha sido iniciar y poner en marcha reformas estructurales".

"De estas reformas, 350 se consideraron urgentes y 650 se incluyeron en una ley, es decir, la ley de la libertad de los argentinos de base. Y eso es interesante, porque el eje central de todo esto es que se refiere a devolver el poder y la libertad a los argentinos", puntualizó Milei, quien eludió mencionar las resistencias y contramarchas que le significó el debate de esa normativa en el Congreso y que marcan la agenda interior que deberá encarar a partir de este martes, cuando regrese al país tras su gira por Europa.