En medio de la incertidumbre política y la convocatoria del Gobierno al abanico de la oposición para consensuar 10 políticas básicas que lleven tranquilidad al sector financiero, la misión técnica del Fondo Monetario Internacional arribará a Buenos Aires para auditar el ejercicio de las cuentas del Estado. Será la cuarta vez desde que acordó el multimillonario préstamo y probablemente la última antes de las PASO.

La comitiva estará encabezada -como es habitual- por el italiano Roberto Cardarelli, pero esta vez tendrá la incorporación del mexicano Alejandro Werner, máximo responsable del organismo de crédito para el Hemisferio Occidental. El equipo mantendrá durante dos semanas reuniones con funcionarios gubernamentales y, si todo se cumple tal lo estipulado, desembolsará unos US$ 7.000 millones a principios de junio.

Un mes atrás, cuando Mauricio Macri transitaba el peor momento de su gestión tras la divulgación de funestos índices de inflación, pobreza y desempleo, Christine Lagarde suscribió en un comunicado su lealtad irrestricta a la reelección del presidente. "El Gobierno argentino dio muestra de su determinación para cumplir con las metas", afirmó para justificar el desembolso de US$ 10.800 millones.

Desde ese entonces, desde Washington le otorgaron al Ejecutivo $20.000 millones adicionales para volcar al gasto social -un espaldarazo que le significará al equipo económico de Macri tener un margen equivalente al 0,5% del PBI para destinar a gastos sociales y obras públicas-, le dieron al Tesoro la posibilidad de subastar US$ 60 millones diarios y US$ 9600 millones hasta fin de año para calmar la volatilidad del dólar y luego autorizaron al Banco Central para que pueda vender divisas dentro de la ahora falsa zona de no intervención.

Mientras tanto, el incuestionable objetivo del déficit cero no está asegurado. La inflación interanual le ganó a la recaudación tributaria y las estimaciones sobre el alza del costo de vida en 2019, que siguen en aumento, no entregan buenos presagios en el horizonte.

Como contrapartida, el organismo multilateral pidió más ajuste para incrementar los ingresos fiscales. En este sentido, en la Asamblea del FMI, realizada hace tres semanas por el JP Morgan y ante 400 inversores, Nicolás Dujovne y Guido Sandleris prometieron que Argentina cumplirá a cualquier costo con el objetivo establecido.