Después de que Mauricio Macri eligiera invitar a la oposición al diálogo para firmar los 10 puntos de consenso e incluyera entre los destinatarios a Cristina Fernández, Sergio Massa, Miguel Ángel Pichetto, Juan Manuel Urtubey, Daniel Scioli y Roberto Lavagna, varios de ellos aprovecharon la propuesta para rechazarla mediante respuestas personales y demostrar el acercamiento del peronismo frente al macrismo. 

Rogelio Frigerio y Marcos Peña fueron quienes terminaron de delinear el texto para invitar a un encuentro a la expresidenta y a otros candidatos presidenciables de la oposición. La carta, que contenía los diez ejes difundidos como puntos del diálogo, agregó algunos temas que le pidieron incluir Massa y Lavagna en sus conversaciones telefónicas con el presidente.

Sin embargo, tras la convocatoria abierta que no fijaba fecha pero que ya tenía algunas adhesiones como la de centrales obreras y empresarias, ahora el exintendente Massa, el exministro Lavagna y también el exgobernador Scioli se unieron enfáticamente en torno al "NO”, y muestran un acercamiento frente a Macri.

Por su parte, el economista le contestó al presidente mediante un mail, y se mostró abierto al consenso, pero pidió "discutir despojados de la cuestión mediática y electoral" y "estar dispuestos a ceder". "Le enviaré mis consideraciones a los puntos que plantea, como lo hice la semana pasada por teléfono", había anunciado antes, vía Twitter para luego publicar en la misma red social el texto que mandó a la Casa Rosada que planteaba propuestas muy similares a las del oficialismo.

Massa en tanto, rechazó la propuesta y llamó a Cambiemos a convocar a la oposición "sin exclusiones", refiriéndose directamente a la expresidenta. Durante una conferencia en su despacho de la Avenida Libertador en el barrio de Retiro, consideró que el documento macrista "no llama a un acuerdo sincero", sino que sólo fue pensado para darle una "clara señal a los mercados".

En la misma línea, Scioli tomó el guante de Lavagna y apuntó contra un posicionamiento electoralista y por la búsqueda real de una conciliación frente a los problemas económicos que atraviesa el país. Tras definirse como peronista, lo invitó a reconocer errores y a cambiar el rumbo de la planificación, para dejar de lado las decisiones de los organismos internacionales, para focalizar las medidas según las necesidades de los argentinos.

Así, la iniciativa oficial que intentaba eliminar las tensiones en los mercados, por las crecientes especulaciones, y buscaba devolverle centralidad política a Macri, en un escenario en el que su reelección es cuestionada, no sólo no surtió efecto por el momento, sino que instó a un posible acercamiento entre algunas de las principales figuras de la oposición.

A menos de dos meses del cierre de listas, la intención de exteriorización del diálogo extrapartidario podría en este punto resultar intrascendente, aunque Urtubey y Pichetto ya confirmaron su acompañamiento.