En el marco de la conmemoración del Día de San Cayetano, que nuclea a decenas de fieles en los alrededores del Santuario en Liniers, la Confederación General del Trabajo (CGT), las dos Centrales de Trabajadores de la Argentina (CTA Autónoma y de los Trabajadores) y varias organizaciones sociales marcharon este miércoles en la Ciudad de Buenos Aires bajo el lema "Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo".

Los sindicatos encabezaron la movilización junto al Movimiento Evita, Barrios de Pie, Corriente Clasista y Combativa (CCC) -conocidos como "cayetanos"- que confluyó en la Plaza de Mayo, donde denunciaron "la emergencia alimentaria, social y laboral".

También asistieron el Polo Obrero de Eduardo Belliboni, Madres de Plaza de Mayo, Libres del Sur, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y Sacerdotes de Villas y Barrios Populares de la Argentina.

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Pablo Moyano, uno de los triunviros de la CGT, aseguró que la central obrera profundizará su plan de lucha si el Gobierno "sigue viviendo su propia realidad". 

"Esperemos que esta jornada termine en paz. En los próximos días va a haber una convocatoria a las secretarías generales y regionales, y veremos los pasos a seguir", destacó el líder sindical antes de ratificar el rechazo de la CGT al llamado al diálogo social tripartito propuesto por el Gobierno. "Sabemos que es para la foto", graficó.

Desde las 8, el Santuario fue eje de la ceremonia religiosa a cargo de Jorge García Cuerva, arzobispo porteño, y Gustavo Carrara, vicario general y obispo villero. La celebración en Liniers incluye la bendición de herramientas de la Unión de Trabajadoras y Trabajadores de la Economía Popular (UTEP).

Este año, la marcha por San Cayetano se produjo en medio de denuncias judiciales impulsadas por el Gobierno en torno a irregularidades en el manejo y reparto de planes y fondos por parte de las organizaciones sociales, sobre todo el Polo Obrero.

En ese contexto, la UTEP denunció que enfrentan la "persecución" de la administración libertaria y un "ataque a las y los trabajadores en su conjunto". Su secretario general, Alejandro Gramajo, advirtió que "no es un 7 de agosto cualquiera" y remarcó: "Entendemos que estamos viviendo un momento de crisis económica y social muy importante, que está afectando ya no sólo a los trabajadores más humildes o a los desocupados, sino también a todos los sectores de la sociedad".

"Tiene que ser una jornada en donde el pueblo exprese su descontento" y repudio "al modelo económico del Gobierno de Javier Milei", con foco "en la problemática del hambre que está sufriendo el pueblo argentino", agregó Gramajo.

Desde 2016, cuando gobernaba el país Mauricio Macri, la marcha se viene realizando todos los 7 de agosto, día en que se homenajea al patrono del pan y el trabajo. En ese marco, los sindicatos y movimientos sociales convocan masivamente con tono crítico, aunque luego bajaron el perfil durante la gestión de Alberto Fernández.