En la provincia de Buenos Aires, la más poderosa, el Frente de Todos se divide en tres grupos que conviven en un equilibrio inestable.

El primero está encabezado por Axel Kicillof y contempla la “superestructura”. Es decir, los cargos en el gabinete y el manejo de la gestión económica, donde el gobernador colocó a incondicionales, algunos de ellos amigos desde la facultad. “Los boy scouts”, los llaman con sorna en el PJ ortodoxo.

El segundo grupo lo integran los intendentes del peronismo, hoy a la defensiva. Son los que ostentan el poder territorial, pero obtuvieron poco en el reparto político y advierten una avanzada del tercer colectivo, que enfila como un Pac-Man voraz: La Cámpora.

En la provincia de Buenos Aires, la más poderosa, el Frente de Todos se divide en tres grupos que conviven en un equilibrio inestable.

La agrupación juvenil perdió protagonismo público, enrolló banderas, pero hace un trabajo silencioso para quedarse con los resortes políticos y las cajas de la provincia.

La influencia la notaron varios jefes comunales, sobre todo del interior, cuando por pedidos puntuales para sus ciudades, en la gobernación preguntaron si ya habían hablado el tema con el referente de La Cámpora en su distrito.

Kicillof recibe a los intendentes acompañado de Teresa García, su ministra de Gobierno, a quien ven como una representante de Cristina y de “los pibes”. Ya empezaron a hablar de las listas para el año que viene.

La influencia de la agrupación juvenil la notaron varios jefes comunales, sobre todo del interior, cuando por pedidos puntuales para sus ciudades, en la gobernación preguntaron si ya habían hablado el tema con el referente de La Cámpora en su distrito.

Para terminar de cerrar ese círculo, se oficializó el lunes la designación de Santiago Révora, primo de Wado de Pedro, como subsecretario de Asuntos Municipales. Un camporista como interlocutor de los jefes comunales.

La Legislatura es otro ámbito que responde al espacio fundado por Máximo Kirchner. Los dos jefes de bloque oficialistas son de La Cámpora. En Diputados, quedó al mando Facundo Tignanelli, de La Matanza, representante del ala dura, cercano al “Cuervo” Larroque. Su lealtad llega hasta Amado Boudou, a quien visitó en la cárcel el 25 de diciembre al tiempo que pedía una “Navidad sin presos políticos”. En el Senado, el jefe de bancada es otro camporista: Gervasio Bozzano, quien antes había sido secretario parlamentario de la Cámara de Diputados de la Nación.

Al frente de la presidencia de la Cámara de Diputados bonaerense está Federico Otermín, apadrinado por Martín Insaurralde, uno de los pocos intendentes que amasa acuerdos con La Cámpora. Justamente el lomense podría quebrar la resistencia inicial que presentó Kicillof ante la aspiración de colocar a un hombre de su confianza en la Lotería de la Provincia.

El negocio del juego dispara intrigas y roces. Por ahora, quedó bajo la tutela de Carlos Bianco, jefe de Gabinete bonaerense y dueño del Clio que usó Axel para la campaña.

Insaurralde había hablado del tema con Máximo. El nombre puesto para ese sillón era Omar Galurralde, pero la designación se fue demorando, y el negocio del juego dispara intrigas y roces. Por ahora, quedó bajo la tutela de Carlos Bianco, jefe de Gabinete bonaerense y dueño del Clio que usó Axel para la campaña.

Bianco es como el Peña de Macri. Es cerrado”, sostiene un dirigente del PJ provincial. El recelo de Kicillof para armar el gabinete provocó malestar en distintos sectores. Los intendentes se ofendieron por la poca participación que tuvieron. Un caso es Mario Ishii, quien estaba convencido de que tenía apalabrado el Ceamse. Pero no.

Otro tironeo ocurrió con el manejo de la publicidad oficial. El gobernador tenía la intención de armar una especie de fideicomiso y diseñar un criterio para automatizar la distribución de pauta. La idea quedó en la nada, y esa caja pasó bajo dominio camporista. La explicación es que el proyecto de Kicillof se pospuso para más adelante con el objetivo de evitar que los cambios en el sistema demoren los pagos. Se verá.

FOTO NA.
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Lo cierto es que La Cámpora se posicionó estratégicamente en las áreas de comunicación y marketing: en el Bapro (Néstor Toribio), en YPF (Santiago Álvarez), en Aerolíneas Argentinas (Carlos Figueroa).

La relación entre Axel y Máximo es por ahora indescifrable. Kicillof reconoce a Cristina como su jefa política. Ella lo llama con frecuencia y vive su ascenso como un triunfo personal. Lo mismo hace con su propio hijo. Como si tuviera dos apuestas a 2023.

El peronismo vislumbra estos posicionamientos con desconfianza. Para la ex presidenta los intendentes son parte de un aparato que siempre desdeñó, pero necesitó. Por el límite a las reelecciones impulsado María Eugenia Vidal y Sergio Massa, el grueso de los jefes comunales no podrá competir por otro mandato. Ven que se les escurre el poder entre las manos, y quieren dar batalla.

“Nos quieren jubilar”, masculla un intendente de buen diálogo con Alberto Fernández. Ven al Presidente como único socio posible en esta interna, pero saben que está dando otra pelea.