El acuerdo UE-Mercosur, del que aún no se conoce la letra chica, mostró en sus primeros días algunos ganadores y otros heridos, luego de las intensas negociaciones diplomáticas llevadas a cabo por Argentina y otros países de la región. El pacto, que abre un mercado de 500 millones de consumidores para el país, fue bien recibido por las empresas del sector agropecuario, cuya competitividad es muy alta, que podrán colocar sus productos primarios y de bajo valor agregado en Europa. Por el contrario, hubo ciertas críticas del sector industrial, que hoy opera con beneficios arancelarios, cuyo temor es que la baja competitividad las lleve al cierre por el aumento de las posiciones europeas en Argentina.

"Hay que permitir que haya sectores que desaparezcan, pero el principal problema que tenemos por delante es hacer que haya muchos sectores nuevos que aparezcan. Tiene que haber más nuevos que viejos que dejen de existir", afirmó en diálogo con FM Milenium. Según el empresario, mientras que antes agregar valor a un producto implicaba que tuviera aranceles más altos, sin este escalamiento va a haber mercado para productos agroindustriales y no solamente agrícolas. "En vez de vender trigo, vamos a poder vender pastas. En vez de aceite crudo, una latita con marca. Eso, obviamente, si somos competitivos", agregó.

En el mismo sentido, el titular de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, remarcó que el sector ve "muy bien" el acuerdo alcanzado por la Argentina, ya que es "muy beneficioso" para el agro. De todos modos, sostuvo que deberán revisar "la letra chica" debido a que el Gobierno fue "bastante mezquino" en la información que brindó sobre el mismo.

Por otro lado, Grobocopatel destacó que "los europeos están muy felices porque van a poder empezar a vender quesos al país". "Si la industria láctea argentina no produce quesos de calidad y a menor costo que los europeos, sí, va a sufrir, pero también es un gran desafío para el sector mejorar la calidad. Nosotros tenemos que nivelar para tratar de ser cada vez más Europa, no cada vez menos", opinó.

Grobocopatel no dudó en sostener que con el acuerdo para la Argentina se inicia el camino de la transformación productiva. "El resultado más interesante de este acuerdo es que pone el barco en una dirección de transformación del sistema productivo de ambos bloques. La transformación que nosotros queríamos hacer, hasta que se hicieran estos acuerdos, era una utopía. Uno no podía producir valor agregado porque no tenía a quién venderle esos productos, porque Europa estaba como blindada a esa posibilidad", describió.

En tanto, manifestó que si no se transforman la economía y las instituciones y se pretende producir productos de mala calidad, más caros, en una economía cerrada, "estamos en el horno". "En el conjunto, es muy importante este acuerdo porque le pone un plazo a la transformación productiva de la Argentina. El hecho de tener una certeza y hacia dónde vamos también va a impulsar que haya más inversión en el país", concluyó.