Como es habitual en su accionar, la expresidenta Cristina Kirchner, citada a declarar a Comodoro Py por ocho causas distintas ante el juez federal Claudio Bonadio, se negó a contestar preguntas y dejó un escrito que también compartió a través de sus redes sociales. En él, detalló varios puntos para defenderse de las numerosas causas en las que está siendo investigada que, según ella, configuran una persecución política orquestada en tándem por el juez ya mencionado y el gobierno de Cambiemos, con la sintonía del fiscal -hoy acusado por extorsión- Carlos Stornelli.

Cristina está siendo investigada por varias causas, que van desde la más reciente, la investigación de los cuadernos de Oscar Centeno, hasta algunas que ya cumplieron varios años, como los sobreprecios en la compra del gas licuado, en la que fue procesado con prisión preventiva el exministro de Planificación Federal Julio de Vido.

Escrito de Cristina: el rol de D'Alessio y la jugada política para que se caiga la causa del gas licuado

En el extenso escrito presentado por Cristina, la ex mandataria dio detalles de lo que ella considera una persecución política en su contra. Causa por causa, la exmandataria fue denunciando irregularidades tanto del proceso de investigación como de los argumentos utilizados por las espadas judiciales para dictar procesamientos y/o prisiones preventivas.

El rol de D’Alessio


Escrito de Cristina: el rol de D'Alessio y la jugada política para que se caiga la causa del gas licuado

En las últimas semanas, Marcelo D’Alessio pasó de ser, para los más importantes medios de comunicación nacional, de un experto en narcotráfico a un extorsionador y estafador sin precedentes. El problema de este giro discursivo, cuyo propósito es desestimar escenas en las que el aparece pidiendo dinero en nombre de nada menos que Stornelli, es que el propio D’Alessio es uno de los que aportó las pruebas más importantes contra Cristina en la causa de los sobreprecios del gas licuado.

En palabras de Cristina:

"El 12 de noviembre, Stornelli abrió una vez más su Fiscalía a D`Alessio, para que éste ampliara su declaración, aportara nuevos documentos y "ratificar todo el contenido vertido en la entrevista que tuvo con el periodista Daniel Santoro a efectos de brindar la información veraz contenida en lo que formó su libro `El Mecanismo`”. ¡Bingo! Stornelli con el falso abogado y el "periodista estrella” de Clarín, experto en "investigaciones.” A esta causa no le falta nada.

Con estas únicas nuevas "pruebas”, aportadas por un sujeto a quien ahora el fiscal califica de "enfermo psiquiátrico”, el juez volvió a convocar a prestar declaración indagatoria a las mismas veinticinco personas cuyos procesamientos habían sido revocados por la Cámara de Apelaciones y, además, me incluyó en la imputación. ¿Se entiende que Bonadío me está citando a indagatoria en base a los dichos de Marcelo D´Alessio? Sí, Bonadío utiliza la declaración de un personaje que fue filmado, grabado, fotografiado y "whatsappeado” con Stornelli, pidiendo coimas en la causa de las "fotocopias de los cuadernos”. Un escándalo nunca visto.

Ello así, pese a que nunca había sido mencionada en la causa antes de la declaración de D`Alessio y cuando claramente el hecho que se dice investigar resulta ajeno a las esferas de competencia de la Presidencia de la Nación.

Para que se entienda, luego de cinco años de trámite de esta causa, en la que se llevó a cabo una pericia falsa -valorada por el juez como si se tratara de una joya de la ciencia- y a partir de la declaración de quien ahora es calificado como "enfermo psiquiátrico”, debo afrontar un nuevo proceso penal, sin siquiera saber de qué se me está acusando”.

En suma, la desestimación de D’Alessio como profesional, que apunta a salvaguardar la apariencia impoluta de Stornelli, contradice la argumentación judicial utilizada por Bonadio en la causa del gas licuado, cuya seriedad ya se vio amenazada luego de que se utilizara como prueba un peritaje cuya base teórica era un documento sacado de ElRinconDelVago, un sitio de apuntes para alumnos del colegio secundario, sin rigor científico alguno.