En tono conciliador, le pone Mariu punto final al conflicto docente después de 30 paros
Tras 14 meses de negociaciones, 25 reuniones fallidas y 30 paros de actividades entre 2018 y 2019, María Eugenia Vidal anunció el acuerdo salarial con los gremios docentes de la provincia de Buenos Aires. De esta forma, la gobernadora se anotó un importante triunfo: comenzará la campaña electoral sin uno de los principales conflictos y podrá concentrarse en la gestión, principal arma electoral de Cambiemos.
En tono conciliador, confirmó que no se descontarán los días de paro -siempre y cuando los maestros cumplan con el calendario establecido y recuperen las jornadas no trabajadas- y les pidió perdón a las familias bonaerenses por los 30 días de clases perdidos entre 2018 y 2019.
Además, aceptó las otras exigencias que planteaba Suteba -el sindicato que encabeza Roberto Baradel-, respecto a dejar sin efecto sumarios a docentes y constituir una mesa de diálogo para afrontar problemas de infraestructura en las entidades educativas.
El pacto contempla una cláusula gatillo de ajuste por inflación trimestral (en marzo, junio, septiembre y diciembre) y propone reintegrar a los sueldos un 15,6% (en dos cuotas, una de 5% en abril y otra de 10,6% en agosto) por la pérdida del poder adquisitivo en 2018.
"Los docentes no van a perder contra la inflación", zanjó la mandataria del distrito más poblado del país, para darle un cierre a una disputa que se tornó eterna. "Si sienten que cometimos errores, les pido perdón. Vamos a seguir trabajando para acompañarlos y escucharlos", agregó.
El resultado final encuentra motivos de celebración en las dos partes. Para los docentes, un alivio ante la agobiante situación económica, con un índice inflacionario trimestral que acaricia el 12% y se devora los salarios. Del lado de Vidal, se sacaron una carga importante de sus espaldas en aras de obtener la reelección.
Mientras la imagen de Mauricio Macri cae en picada en la provincia y Axel Kicillof sube en las encuestas traccionado por la figura de Cristina Fernández de Kirchner, desde la gobernación aguardan que el fin del conflicto se traduzca en un incremento en la imagen positiva de la mandataria y, cuando llegue el momento de pasar por el cuarto oscuro, en votos dentro de las urnas.