Daniel Scioli cucharea la pastafrola de membrillo, mastica y se recuesta sobre el respaldo de su silla. En el escritorio de su despacho, donde recibió a El Canciller, hay un solo papel. Es el comunicado del PJ sobre los anuncios económicos que hizo el Gobierno el miércoles. "Toman medidas que antes demonizaban", se queja. Su tono oscila entre la tranquilidad de haber tenido razón en el debate de 2015, la frustración por no haber logrado que el pueblo argentino tomara nota de sus advertencias y el enojo con un Gobierno al que, asegura, la gente ya no le cree.

¿Cuál cree que será el impacto de las últimas medidas económicas?

Con destrucción de industrias, de pymes y de puestos de trabajo, es evidente que es un parche para llegar a la elección con una pseudo estabilidad. Pero tenemos por delante el rebote de un ajuste que va a ser más profundo aun. Es evidente que es una medida electoralista porque los acuerdos duran hasta octubre.

El Gobierno insiste en que este es el único camino y que las otras alternativas son "atajos" y "soluciones mágicas".

Yo insisto con lo que denomino "el otro camino" y con abordar las cuestiones de fondo. Es el propio Gobierno el que ha generado estos niveles de inflación al dolarizar las tarifas, poner las tasas de interés tan altas y autorizar los aumentos múltiples. 

¿Cuál es ese "otro camino"?

Es el camino opuesto, con toda claridad, y no lo digo por oportunismo porque las cosas van mal, lo sostuve y lo sigo sosteniendo. 

¿Cuándo tomó la decisión de presentarse como precandidato presidencial?

Primero, me hubiera gustado equivocarme cuando anticipé todo lo que iba a ocurrir, por el bien del país y de la gente. Me sorprendió el nivel de paciencia del pueblo. Pero bueno, todo funcionaba en base a expectativas. Hasta que hubo un punto en el que la gente dijo "no doy más". A mediados de 2018 percibí ese malestar creciente y en diciembre dije: "Es el momento, hay que poner el hombro". 

¿Siente que estos años en Diputados le sacaron protagonismo?

No. Yo tuve mi primera experiencia como diputado. Después fui secretario de Deportes y después vicepresidente. 

Pero nunca de Diputados a la presidencia. ¿No es más difícil hacer campaña sin una gestión concreta para mostrar?

Depende de la voluntad de cada uno. Yo me concentro en el tema pyme y el tema deporte y tengo una agenda muy activa de trabajo. Aparte, más allá del rol como diputado, la gente me conoce como un tipo que fue vicepresidente, gobernador ocho años y candidato presidencial, y tiene eso muy presente. No es que un diputado raso de pronto quiere ser presidente. 

En caso de llegar a serlo, ¿cuáles serían sus primeras medidas económicas?

Una simplificación y reducción de impuestos, la desdolarización y revisión de las tarifas, un replanteo del sistema financiero y un planteo muy claro al Fondo Monetario de reprogramación no solo de las deudas sino también de cambio de programa: uno de ajuste por uno de desarrollo. Como hizo Portugal, que se le plantó al Fondo y dijo: "Así no. Si no crecemos, no te vamos a poder pagar nunca". Ahora el Gobierno tuvo que recurrir a medidas para tratar de paliar las consecuencias que está teniendo este programa económico. Está reconociendo el fracaso de su política económica, y por ende también del FMI.

¿Usted plantea que hay que sentarse con el Fondo y decirle "el programa de ustedes fracasó"? Porque Lagarde parece muy inflexible sobre ese punto. Les dijo a los candidatos que no cometan la "tontería" de darle la espalda a ese programa. 

Es una tontería seguir por este camino. Hasta el propio Gobierno tuvo que reconocer que los créditos UVA no se pueden pagar, que las pymes están agonizando y que las tarifas no pueden aumentar más. En forma indirecta está haciendo explícito que ese programa fracasó. También tenemos que plantearle con toda claridad al mundo que no necesitamos que nos presten más, necesitamos que nos compren más. 

¿Reduciendo impuestos?

Hay que sacarles las retenciones a los productos industriales, lo dije hace tres años. No se puede castigar a la industria que quiere exportar.

¿Y los salarios de los trabajadores?

Tenés que generar consumo, que viene de la mano de la recuperación del salario. Ahora, porque es un año electoral, les dan a los docentes en la Provincia, porque hacer campaña con los docentes en protesta permanente es un tema complejo. Yo lo viví también.

¿Qué pasaría con Ganancias?

Es uno de los impuestos que hay que eliminar. 

Pero durante el kirchnerismo no se eliminó.

Pero había tarifas congeladas, subsidios, incentivos. Se contrarrestaba. A la gente el salario le rendía más, incluso con Impuesto a las Ganancias. Hoy la gente tiene Impuesto a las Ganancias y un salario reducido un 50% en dólares, con jubilaciones de 10 mil pesos. El Gobierno piensa que aumentando los impuestos, como le pide el Fondo, va a recaudar más. Y en la práctica hay menos actividad económica y terminan recaudando menos. Está comprobado que si vos combatís la economía informal y simplificás y reducís impuestos vas a tener una mayor actividad.

Recién hablaba de la situación de los jubilados, ¿por qué se ausentó durante la votación de la reforma previsional?

La verdad, fue una situación de horario de la votación, que se terminó votando a las 5 de la mañana. Fue eso, nada más. Pero todo el mundo sabe de mi compromiso con los jubilados. La reparación histórica terminó siendo un retroceso histórico. 

Si hubiera dos escenarios, uno en el que se enfrenta con Cristina en las PASO y otro con el peronismo unido detrás de una candidatura única que no sea la suya. ¿Cuál prefiere?

Entre Ríos y San Juan marcaron un camino. Con un gran frente integrado hubo resultados contundentes. En estos momentos, con la diversidad del sector opositor y las posiciones que se han tomado se ve poco probable que se pueda llegar a una síntesis de una candidatura de todo el arco opositor. Pero las PASO pueden ser una gran oportunidad, con el compromiso de que el que gana conduce y los que pierden tengan espacios en el futuro Gobierno.

Habló mucho en los últimos días sobre la posibilidad de enfrentar a Cristina y quedó claro que está dispuesto a hacerlo. La pregunta, mirando las encuestas, es si tiene sentido.

Nuestro partido ha tomado la decisión de formar un frente electoral con Unidad Ciudadana. Yo tomé la decisión de ser precandidato en ese frente. Lo que van a hacer los demás, no sé. Yo siento un compromiso de cara al 49% de los argentinos que me votó y comprendo a los que buscaban un cambio pensando que iban a estar mejor. Los entiendo porque seguramente en 2015 estaban cansados de muchas cosas. Pero mi participación en esa PASO no es en contra de nadie. 

¿También debería participar Alternativa Federal?

Hay que ir a una gran PASO con todos los dirigentes que aspiran a conducir el país. Hay un denominador común: somos opositores a las políticas de este Gobierno.

Hace poco habló sobre las tensiones que tuvo con Cristina. ¿cuáles fueronm, en concreto, esas diferencias?

El conflicto con el campo, por ejemplo, no debió nunca haber llegado a semejantes consecuencias.

¿Le endilga una responsabilidad a la expresidenta en ese conflicto?

No, no, las dinámicas se fueron dando así. Cuando uno está dentro de un espacio político y gobierna la Provincia tiene que tratar de tener la mayor armonía con el Gobierno nacional. Yo busqué siempre atenuar y acercar posiciones y nunca pasó a mayores, a tal punto que llegamos al final de nuestros mandatos y yo fui el candidato del espacio. 

¿Le hubiera gustado tener otro vice?

(Hace un silencio de algunos segundos) Las cosas se dieron así. Fue el acuerdo que se concretó en aquel momento para que haya una fórmula que integre la mayor cantidad de sectores posibles. En la vida uno gana y uno aprende. Con la provincia de Córdoba, por ejemplo, hubo tensiones. Los desencuentros, el maltrato, o cosas que ocurrieron entre el Gobierno nacional y el de la provincia, nos generaron una pérdida de votos importantísima, que fue la diferencia en el final de la elección.

¿Por eso se acercó a Schiaretti en el último tiempo?

Nunca estuve lejos. Yo me llevaba muy bien con De la Sota y Schiaretti es un hombre productivista, es un gran gobernador y es un gran peronista, un tipo muy importante en todo lo que viene. Yo sé cómo superar la grieta, cómo bajar los niveles de irritabilidad social, cómo desestresar y pacificar el país.

El que habla de superar la grieta es Roberto Lavagna, ¿qué opinión tiene de él?

Buena, compartí con un gabinete de un gobierno que fue de salvación nacional, de estabilidad, de recuperación de la senda productiva. Él, con su experiencia y sus ideas, puede hacer un aporte importante.

Volviendo a Cristina: ¿habla con ella?

Cuando hace falta, hablo. Nos conocemos tanto que a veces no es necesario hablar.

Si decidiera, como en 2017, no ir a la interna, ¿usted qué haría?

No puedo opinar con hipótesis porque ha dejado trascender que ella misma promueve las PASO. Si va a participar o no, no lo sé. Yo sé que voy a participar. Y creo que es uno de los problemas que tenemos que ver. En 2015, si hubiésemos hecho unas PASO, se habría potenciado más nuestra candidatura. O en 2017, que tampoco hubo y perdimos la provincia por 3 puntos. 

¿El Gobierno es uno de los interesados en la postulación de Cristina porque favorece la polarización?

Eso dicen los analistas, yo analizo los problemas de la gente y las consecuencias que están teniendo por el modelo económico. 

¿Ya eligió a su compañero o compañera de fórmula para esas PASO?

Yo no trabajo para ser precandidato, trabajo para ser presidente. Y no hay que estar pensando en una fórmula para ganar sino para gobernar. El vicepresidente preside el Senado, tiene que ser un sostén fundamental, político y de gestión, en la agenda del presidente. Pero hace poco dije que iba a ser precandidato, por ahora no me pidan mucho más allá de eso. Yo quiero ir a lo sólido, a lo previsible. Que tiene un eje en el peronismo, con un espíritu frentista hacia otras fuerzas políticas...

Casi que lo describe a Pichetto.

Miguel es un tipo valioso, lo conozco desde el inicio de mi carrera política. Está en Alternativa Federal pero tenemos buena relación de siempre.

¿Cuán cerca estuvo de romper con el kirchnerismo en 2013 para irse con Sergio Massa?

Concretamente me pidió ir juntos en aquella elección. Y razones había, pero también había una razón superior que era cuidar la institucionalidad y la provincia de Buenos Aires. 

¿O sea que lo evaluó?

Se conversó. Yo converso con todos. 

¿Sigue conversando con Massa?

Cuando se da, sí.

Porque lo maltrató bastante después de ese episodio.

Yo tengo algunos años más que él. El tiempo es un gran ordenador.

¿Imagina una PASO con él adentro?

Más que los dirigentes, veo los electores que están detrás. Como intente hablarle al electorado de Massa antes del ballotage. Me lo enseñó Raúl Alfonsín cuando tuve aquel conflicto con Néstor Kirchner cuando era vice, me ayudó a recomponer el vínculo. 

Hablando de recomponer vínculos, ¿la relación personal con Macri se rompió en 2015?

No.

¿Siguieron hablando después?

He conversado, ¿por qué voy a romper una relación personal? Pero sí estoy firme en mis convicciones. Las relaciones personales son de antes y pueden ser después. La contienda política tiene otra dinámica.