Tras las PASO y en una elección totalmente polarizada a nivel nacional, Juntos por el Cambio marcó un claro desafío: evitar que Alberto Fernández consolide los resultados de las primarias y forzar así el balotaje.

Para que el “milagro electoral”, como lo definió el propio oficialismo, sea una realidad, Mauricio Macri necesita descontar este domingo una parte importante de los más de cuatro millones de votos que hubo de diferencia con el Frente de Todos. En contraposición, el ex jefe de Gabinete busca ratificar los resultados de las PASO.

En el búnker de Juntos por el Cambio el optimismo recae solo en un eventual triunfo en CABA. "El lunes estaré muy temprano trabajando en la Casa Rosada, en cualquier escenario", dijo Macri luego de votar. Al mismo tiempo, pidió  "paciencia y calmar la ansiedad" para conocer los resultados.

En la vereda de enfrente, apenas terminada la votación a las 18, el canto de "Alberto presidente" inundó el lugar. Incluso antes del cierre de mesas, miles de simpatizantes del Frente de Todos se acercaron para esperar los resultados. El candidato a senador, Mariano Recalde y Pablo Biró, secretario general de APLA, fueron los primeros en arribar al búnker.

Minutos después del cierre de la votación, Fernández salió de su departamento a saludar a decenas de militantes que se acercaron a Puerto Madero. "Es un gran día para la Argentina", afirmó.

Ni entre los referentes más pesimistas, la segunda vuelta es una opción. De acuerdo a lo que estiman, la diferencia mínima sería de 15 puntos, pero puede llegar a más de 20 si se confirmasen los resultados de las encuestadoras que arrojaron la mayor brecha.

De acuerdo a lo que trascendió, Alberto y Cristina compartirán este domingo oficina en el segundo piso del Complejo C a la espera del resultado. En la misma planta habrá referentes del Frente de Todos, entre ellos Santiago Cafiero y Máximo Kirchner. En el tercer piso aguardarán Matías Lammens, Axel Kicillof y Sergio Massa.

Convocatoria y fiscalización

El Presidente cuenta con una base de 32,9% de los votos positivos ya que, a diferencia de las primarias, en las generales no se computan los nulos ni los blanco. El escenario ideal es lograr que Fernández descienda del 49,5% (positivos) que tuvo en las PASO a menos del 45%.

Para ello el jefe de Estado confiaba en que esta elección sea la de mayor convocatoria desde 1983, como lo reiteró en varias oportunidades. En las PASO, votó el 76,4% del padrón electoral. De acuerdo a la Cámara Electoral, pasadas las 16 de este domingo ya lo había hecho más del 70%.

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Pero Macri no solo necesita que más gente se acerque a votar, sino que los votos vayan directamente para Juntos por el Cambio. En el oficialismo, además, aseguraban que un efectivo esquema de fiscalización, que de acuerdo a lo que trascendió fueron más de 150.000 fiscales, también le haría mejorar el desempeño.

La fórmula presidencial que se imponga debe obtener el 45% los votos válidos o bien el 40% pero con una diferencia mayor al 10% con el segundo para evitar el balotaje. Es decir, que si se repiten los resultados de las primarias Fernández llegará al poder el próximo 10 de diciembre sin necesidad de una segunda vuelta. La fecha estipulada para la segunda vuelta electoral entre los dos más votados es el 24 de noviembre.