El Gobierno decidió que no insistirá con la incorporación de Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia, en caso de que el Senado rechace su candidatura en la sesión que está estipulada para el viernes. Así, de contar con el aval de la Cámara alta, el oficialismo sumará por DNU a otros dos nombres. 

"Si rechazan a Lijo, estamos pensando en nombrar por decreto a las dos personas más libertarias que haya", manifestó una fuente del oficialismo en diálogo con Noticias Argentinas. Uno de ellos es Manuel García- Mansilla, cuya postulación se encuentra actualmente en revisión por la Comisión de Acuerdos del Senado.

Asimismo, también se evalúa la inclusión del juez federal Ricardo Rojas y de Carlos Laplacette. Ambos estuvieron en la órbita de la administración libertaria para reemplazar a Rodolfo Barra como Procurador General del Tesoro y el primero de ellos rechazó el puesto especulando con una oportunidad en la Corte.

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Por otro lado, el espacio violeta piensa en el ingreso de Ricardo Ramírez Calvo, abogado cercano a García- Mansilla, y de Alberto Bianchi, socio de Santiago Castro Videla, quien fue finalmente quien reemplazó a Barra en la Procuración.

A su vez, no descartan la inclusión de una mujer, cuyo nombre aún no trascendió, en pos de ocupar el cupo que dejó Elena Highton de Nolasco cuando presentó su renuncia en 2021. Cabe recordar que el Máximo Tribunal funciona solo con tres jueces desde la jubilación de Juan Carlos Maqueda a fines de 2024.

Aún así, el Gobierno hará lo posible para obtener los dos tercios que necesita en el recinto para la aprobación del pliego de Lijo. Sin embargo, en las últimas horas, el kirchnerismo le hizo saber a los libertarios que rechazará la iniciativa y que no están dispuestos a dar quorum para el debate en esa semana.

Todos los cálculos indican que -al menos hasta ahora- el Gobierno está lejos de la mayoría especial de los senadores presentes que establece la Constitución que es necesaria para nombrar a un juez de la institución judicial de más alto nivel del país. De estar todos en sus bancas -algo que también está en duda- harían falta 48 voluntades a favor para la luz verde.