El chat de Nisman con Leandro Santos, la furia de Arroyo Salgado y el salvavidas de Lagomarsino
Según un reciente peritaje informático pedido por el juez Julián Ercolini, el último contacto que mantuvo Alberto Nisman antes de aparecer muerto en el baño de su departamento fue con Leandro Santos, dueño de una agencia de modelos, a quien el fiscal conocía de la noche: frecuentaban el vip de Rosebar y le presentó a varias de sus "amigas".
El dato, revelado ayer por el periodista Néstor Espósito en Tiempo Argentino, surge de un peritaje realizado al teléfono de Nisman que, en principio, desvincularía al técnico informático Diego Lagomarsino de la muerte del extitular de la UFI AMIA.
El chat entre Nisman y Santos ocurrió el sábado 17 de enero pasadas las 21 (21:18:43 según el peritaje), un día antes del hallazgo de su cadáver con un disparo en la cabeza. Antes, también había chateado con periodistas, con políticos y con Lagomarsino.
La hora del contacto, en principio, eliminaría la posibilidad de que lo haya asesinado Lagomarsino, ya que probaría que no estaba en el departamento de Le Parc al momento de su muerte. "Es otra prueba más de la ausencia de Diego al momento de los hechos y lo desvincula del supuesto homicidio, afirmando a la vez la hipótesis del suicidio", señalaron a El Canciller desde la defensa del exempleado del fiscal.
No tan Santos
Santos es investigado en la Argentina y en Uruguay por presunta administración de una red de prostitución vip y, aunque estuvo detenido y luego fue desvinculado, el proceso en su contra continúa. Según el análisis del teléfono de Nisman que realizaron los expertos por pedido del juez Julián Ercolini, Santos le mandó un mensaje por Whatsapp, el fiscal lo respondió y dos minutos después apagó el teléfono.
El gerenciador de modelos había negado ese contacto cuando declaró ante la entonces fiscal de la causa, Viviana Fein, el 5 de marzo de 2015. Reconoció que tenían un contacto esporádico, de una vez por semana o cada 15 días y siempre por Nextel, y que la última vez que habían hablado había sido el 14 de enero.
Aunque el peritaje no arrojó de qué hablaron en la noche del 17, la actitud de Nisman denota que fue importante, ya que el teléfono recién volvió a encenderse el domingo 18, día de su muerte, a las 7:40 (se desbloqueó con una clave numérica y en la pantalla solo había huellas del fiscal).
Hecho mierda
La recuperación de esos datos permitió, también, saber que Nisman decía estar "hecho mierda" dos días antes de su muerte: se lo manifestó con esas palabras a su exesposa y madre de sus dos hijas, Sandra Arroyo Salgado, con quien mantuvo un diálogo muy áspero el 16 de enero. Hasta ahora, esa conversación solo se conocía porque la había publicado el periodista Pablo Duggan en su reciente libro, ¿Quién mató a Nisman?, con el que busca demostrar que el fiscal se suicidó.
Después de anunciar a varios de sus contactos que volvería a Buenos Aires para hacer algo "conmocionante", el denunciante de Cristina Kirchner les aclaró a todos: "No enloquecí ni nada parecido. Pese a todo, estoy mejor que nunca jajajajajaja :):)". Arroyo Salgado respondió con furia: "Aunque está claro que mis prioridades están en otro lugar y como está a la vista que para vos lo más importante es la puja de poder y salir en diarios, revistas y tv, te felicito por haber conseguido lo que querías".
"Te lo digo porque, como vos y yo sabemos, nada es gratis en la vida. Todo se paga, todo pasa y todo llega. Suerte y éxitos. Sinceramente. Y para molestar, agredir, exponerlas o destratar olvidate de mis hijas. Gracias", agregó la jueza de San Isidro, que en la agenda del fiscal figuraba como "Gus", y Nisman respondió: "Estoy hecho mierda y vos encima seguís. Le ofrecí a Matías que viaje a llevarle la valija y plata. Yo le sacaba el pasaje y ni siquiera me contestó".
Las nuevas revelaciones podrían darle un vuelco a la investigación. Todavía resta determinar quién prendió la computadora personal del fiscal en la mañana del domingo 18, y por qué lo hizo. Por ahora, solo se sabe que abrió la página de Yahoo pero no se logueó al mail y que iniciar sesión en Instagram (en realidad abrió la red social, pero ya estaba logueado un usuario).
La persona que lo hizo permaneció allí (o al menos dejó abierta esa página) más de tres horas: la sesión comenzó a las 7:47 minutos y 49 segundos y se cerró recién a las 10:49 minutos y 53 segundos. Los peritos informáticos recomendaron pedir un informe a la red social para saber qué actividades se registraron en ese lapso, una información que Facebook (empresa que posee Instagram) no suele brindar.