Luego de que Mauricio Macri celebrara en Japón el histórico acuerdo de unión estratégica entre el Mercosur y la Unión Europea junto a sus pares sudamericanos y europeos, Alberto Fernández aprovechó el cierre del congreso de trabajadores de SMATA para asegurar que no le temblará el pulso si tiene que revisar el pacto, en un eventual mandato presidencial. 

En el estadio DirecTV Arena de la localidad de Tortuguitas, el precandidato presidencial del Frente de Todos criticó el convenio con el bloque europeo, apuntó contra Macri por desfavorecer a la industria y catalogó al presidente como un "súbdito del mundo". 

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"No quiero vivir en un país cuya única posibilidad de progreso sea seguir vendiendo granos y carne vacuna. Quiero industrias, lo que hacen ustedes en SMATA, empleados industriales, quiero darles trabajo a todos los argentinos", afirmó, y agregó: "Si tenemos que revisar los acuerdos que Macri está firmando por el mundo, los vamos a revisar". 

Las ventajas del acuerdo entre los bloques son, en principio, significativas para el campo y la pesca de los países sudamericanos. De hecho, fue uno de los principales escollos sobre el final de las negociaciones. Dirigentes agrícolas de los países europeos alertaron en la última semana al presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, sobre los costos negativos para la producción local.

La Unión Industrial Argentina no quedó conforme con el pacto. En particular, la industria automotriz sudamericana fue la más menospreciada, ya que el acuerdo postula enormes beneficios para artículos europeos que posean valor agregado, como los automóviles y autopartes.

En la tierra de Ricardo Pignanelli, las palabras de Alberto Fernández fueron música para los oídos de los presentes.

Quien también aprovechó el contexto fue Verónica Magario, compañera de fórmula de Axel Kicillof. "Las ventas automotrices cayeron al 51%", indicó. Por su parte, Máximo Kirchner sostuvo: "Lo que pueden hacer este 27 de octubre es despedir al presidente para poner fin a este oprobio".