Julio De Vido y Comodoro Py han sido estrellas del año judicial. Y no por ser fin de año iban a dejar de serlo. Hoy, la Cámara Federal confirmó su procesamiento y detención en la causa que lo llevó al desafuero y luego a la cárcel: Río Turbio.

En la letra de Martín Irurzun, presidente de la Cámara, se asegura que el ex ministro de Planificación, en abuso de sus funciones, avaló la utilización de los convenios entre Yacimientos Carboníferos de Rio Turbio y la Facultad Regional Santa Cruz y Fundación Facultad Regional Santa Cruz. A partir de esos convenios, se habrían canalizado fondos que no terminaron en el complejo, lo que habría provocado un “menoscabo al patrimonio estatal”. 

Irurzun fue el que, en octubre de 2017, le abrió la puerta al desafuero de De Vido. Se esperaba que confirmara también la detención. El otro integrante de la Salla II es Eduardo Farah, quién no compartió el argumento de su colega.

Irurzun fue el que, en octubre de 2017, le abrió la puerta al desafuero de De Vido

Al contrario de lo que la “doctrina Irurzun” sostiene, para Farah el riesgo de entorpecer una causa no puede venir únicamente de haber sido funcionario, ya sea actual o ex. “La consideración automática como indicador de riesgo procesal trasunta una demasía que no puede ser a mi juicio convalidada”, afirmó teóricamente.

Y en el caso de De Vido puntual, sostuvo que siempre estuvo a derecho, por lo que propuso que se le fije una “caución” (una especie de garantía) en lugar de la detención. ¿Por qué entonces el ex ministro sigue preso? Ante un empate, se llamó a otro juez de la Cámara. Leopoldo Bruglia votó con Irurzun y chau posibilidad de ser excarcelado.

No es la primera vez que Farah se muestra (ligeramente) en contra de las detenciones. En ese primer fallo del 17 de octubre, cuando Irurzun postuló la detención, el juez sostuvo que correspondía el desafuero pero que podría reemplazarse la detención por esa caución. Como sabemos, su postura no fue compartida y por eso De Vido pasará año nuevo en Marcos Paz.