Clases suspendidas y continuidad de las restricciones vigentes: qué medidas deberían regir en el AMBA según la Ley de Emergencia Covid-19
La iniciativa se encuentra en el Congreso.
A pocas horas de que venza el último decreto presidencial que rige las restricciones por la segunda ola, el presidente Alberto Fernández prepara una nueva extensión de las medidas. Esta vez deberá emitir un nuevo DNU, mientras espera que llegue a buen puerto el proyecto de ley de Emergencia Covid-19, presentado para mitigar la pandemia desde la Casa Rosada según estrictos criterios epidemiológicos. Uno de ellos es el que establece el nivel de riesgo de cada región según la cantidad de contagios y la ocupación del sistema de salud. Hoy, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se encuentra, según el Gobierno, en “alarma epidemiológica y sanitaria”.
El punto neurálgico de la iniciativa que debatirá el Congreso tiene que ver con las clases presenciales, que en este momento deberían ser suspendidas en el AMBA “en todos los niveles y en todas sus modalidades”, de acuerdo los criterios del proyecto. En este sentido, desde la gestión porteña dejaron entrever en los últimos días la posibilidad de adherir a esta decisión, aunque aclararon que evaluarán la evolución de los casos en los próximos días.
Si el proyecto de Fernández fuese aprobado, el AMBA debería aplicar también normativas como las ya conocidas: restringir la circulación de personas no esenciales entre las 20 y las 6 de la mañana del día siguiente; cerrar shoppings, ferias, clubes y gimnasios (sólo habilitados en estrictas excepciones); suspender la práctica recreativa de deportes grupales de contacto en espacios al aire libre; y disponer la atención de locales comerciales no esenciales entre las 19 y las 6 de la mañana del día siguiente. Lo mismo correría para el rubro de la gastronomía, con atención sólo en la vereda, y delivery o take away durante la noche.
En cuanto al rubro deportivo, el proyecto estipula que, en los distritos “en alarma” se podrán “realizar las competencias oficiales nacionales, regionales y provinciales de deportes grupales de contacto en lugares al aire libre, siempre y cuando cuenten con protocolos aprobados por las autoridades sanitarias nacionales o provinciales, según corresponda.”
Al mismo tiempo, el texto de la propuesta facultaría, en estos casos, a que el Poder Ejecutivo adopte “restricciones adicionales, proporcionadas y razonables, previa consulta” con el gobernador de la Provincia y el jefe de gobierno porteño, “según corresponda, y siempre que cuente con la intervención de la autoridad sanitaria nacional que fundamente la razonabilidad”. En ese marco, estas medidas adicionales “deberán ser dispuestas por un plazo máximo de vigencia de 21 días”.
En cuanto al transporte público, sólo se contempla en estos niveles para personal esencial, que debe gestionar su “Certificado único habilitante para circulación”.
Asimismo, el escrito que se encuentra en el Senado manifiesta lo ya sabido para todos los ámbitos, sin importar la situación epidemiológica: distancia mínima de dos metros entre personas, utilización de tapabocas en espacios compartidos, ventilación de ambientes, higiene de manos, y uso del pliegue del codo para estornudar o toser. Agregan la suspensión de viajes de egresados y jubilados, e invitan al teletrabajo, especialmente en la función pública.
Según el proyecto de ley, los aglomerados urbanos, departamentos, o partidos de más de 300.000 habitantes, serán considerados en “alarma epidemiológica y sanitaria” cuando la incidencia “definida como el número de casos confirmados acumulados de los últimos 14 días por 100.000 habitantes sea igual o superior a 500; y el porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva sea mayor al 80%”. Es lo que, a los ojos del Gobierno, está ocurriendo en el AMBA, y por eso el texto del proyecto da una pista sobre las medidas que tomará Alberto antes del viernes.
“A Fase 1 no se vuelve”, sentenció Alberto Fernández esta mañana en declaraciones radiales, y así despejó un rumor que surge cada vez que se acerca el vencimiento de un decreto.
El mandatario argumentó que la población no resistiría un cierre estricto “por un tema sociológico”, aunque llamó a la “reflexión”: “Nos tiene que doler el número de 500 muertos diarios”.
El Presidente afirmó que a su parecer se debe "seguir" con las restricciones que están vigentes hasta el 20 de mayo, y pidió a las autoridades de cada jurisdicción que "vuelvan a poner los controles" para asegurar el cumplimiento de las medidas.
"Todos estamos cansados, angustiados, pero es lo que nos toca vivir, y lo que más queremos es vivir y dejar de hacer política por la pandemia", finalizó.