Varios jueces (y juezas) de Comodoro Py se preparan para tener como acusada en sus juicios a una vicepresidenta en ejercicio. Con magistrados acostumbrados a que las causas les lleguen cuando los personajes ya están fuera de sus cargos públicos, el futuro de Cristina Kirchner genera innumerables dudas.

Si bien Carlos Menem fue condenado por cuestiones relativas a su gobierno mientras ocupaba el cargo de senador, la situación no parece comparable. Una vez que Alberto Fernández asuma como presidente el 10 de diciembre, Cristina contará con varias causas en la etapa de juicio a las que tendrá que enfrentarse mientras ejerce su rol de vicepresidenta. A eso se le sumarán los expedientes que siguen en la etapa de investigación, como el de Gas Natural Licuado.

Hasta ahora, la causa conocida como “Vialidad” (que involucra a Lázaro Báez y a la posibilidad de que se le otorgara obra pública en Santa Cruz de manera preferencial) es la que tiene un desarrollo judicial. Este lunes, Cristina declaró durante casi cuatro horas.

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Después será el turno de los 178 testigos que aceptó el Tribunal. En Retiro, calculan que los alegatos de las partes (son 13 de las defensas más la fiscalía y dos querellas) llegarán con suerte sobre el fines de 2020. Todo puede dilatarse si las audiencias se hacen con menor asiduidad; si alguno de los testigos se extiende mucho en su declaración; o si surgen "problemas de agenda".

Los sin fecha


Dólar futuro fue la primera causa por la que Cristina fue llamada a indagatoria. Claudio Bonadio la elevó en 2017 y allí está, bajo la esfera del Tribunal Oral Federal 1, que se abocó a lo que se denomina como “instrucción suplementaria”. Esto significa que realizó varias medidas de prueba que deben estar listas antes del debate. La esencial es un peritaje que se ordenó para medir si existió un manejo fraudulento o irregularidades, y si se configuró un perjuicio para el Estado. También está como acusado Axel Kicillof, en su rol de ministro de Economía. 

Hotesur/Los Sauces: Las causas primo-hermanas terminaron dentro del mismo juicio luego de varias idas y vueltas. El Tribunal Oral Federal 5 las tiene a su cargo y está en la etapa de los preparativos. La acusación es una supuesta asociación donde se desvió dinero recibido por obra pública y “sustraído al Estado Nacional” a Cristina y sus hijos a través de la actividad hotelera que llevaban adelante las dos sociedades. Están involucrados Cristóbal López y también Baéz. El juicio no tiene fecha precisa pero podría establecerse para mediados de 2020.

Memorándum con Irán: El expediente que nació con la denuncia de Alberto Nisman días antes de morir es probablemente la causa que nadie quería tener. Los jueces del resto de los tribunales festejaron cuando cayó sorteada en el 8, uno de los más nuevos. Allí, Cristina está acusada de encubrimiento agravado. Bonadio (si, otra vez él) la mandó a juicio por considerar que ella y varios funcionarios habían llevado adelante el memoradún para conseguir la impunidad de los iraníes acusados del atentado a la AMIA.

Cuadernos: La más nuevita. Ya está elevada a juicio oral, sin fecha aún. Hace algunos meses, Bonadio consideró que estaba cerrada una parte de la investigación y blindó la validez de los testimonios de los arrepentidos. Quien tendrá que definir si los aportes fueron vitales y contundentes serán los jueces que tengan que encarar el megajuicio. Se rumorea en Retiro la posibilidad de que todo termine en numerosos juicios abreviados, donde los imputados acepten la responsabilidad y negocien una pena no tan elevada como la que recibirían en un juicio. Todo es incertidumbre en una causa tan política.

Los "desprendimientos"

Son las causas que nacieron a partir del caso Cuadernos. Todas están todavía en etapa de investigación. En una se investiga la “cartelización” de la obra pública, donde Bonadio procesó a la expresidenta por 175 casos de “cohecho”. En otra causa se la procesó por los documentos históricos hallados en su casa de El Calafate. La semana pasada, la Cámara Federal confirmó su procesamiento por el uso de los aviones de la flota presidencial para trasladar muebles a su casa en el sur.

Cristina, Julio De Vido, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi también tienen procesamiento confirmado por el supuesto cobro de coimas a las empresas de trenes a cambio de subsidios.

Un universo de posibilidades


Ante esta situación judicial, a Cristina se la puede investigar y juzgar, ya sea senadora o vicepresidenta. No hay nada que lo impida. Sus fueros la protegen de una posible detención, como la que le pidió en varias oportunidades Bonadio. Lo que cambia es que, una vez que se convierta en vice, el proceso para obtener un desafuero es un juicio político.

Aquí es cuando juega el “antecedente Menem”. El ex presidente registra condena con pena efectiva (mayor a tres años, por lo que tendría que ir detenido) pero no fue desaforado aún porque “no está firme”. Una condena “adquiere firmeza” cuando es revisada y confirmada por la Cámara de Casación y, eventualmente, por la Corte Suprema.

La otra cuestión es cómo reaccionará Comodoro Py a la presidencia de Alberto Fernández y cuánto pesará la mala relación que supo tener el kirchnerismo con gran parte de los jueces federales durante el período 2011-2015. ¿Cuántas de las causas se sustentan con pruebas fuertes y cuantas tuvieron un impulso más político que jurídico mezclado con indicios?