Busca el Gobierno retomar el control de las buenas noticias y desactivar el paro general de la CGT
En la búsqueda de controlar nuevamente la agenda de buenas noticias, el Gobierno decidió desactivar el paro general de los sindicalistas convocando a una reunión de urgencia, a las 11 de la mañana, en Casa Rosada a la CGT y los líderes gremiales más influyentes, incluso aquellos que aceptaron la paritaria oficial del 15%.
En vísperas de la firma que selle el préstamo previsional del Fondo Monetario Nacional, el oficialismo respondió de inmediato a las advertencias de Hugo Moyano, quien había amenazado con un paro general pactado para el próximo 14 de junio, si para el 12 "no tenemos una respuesta favorable al poder adquisitivo del trabajador.
El Gobierno decidió desactivar el paro general de los sindicalistas convocándolos a una reunión de urgencia en Casa Rosada.
Sin embargo, no sólo el líder camionero no está invitado a la reunión, sino que tampoco lo está el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, ya que, debido a la importancia del asunto, los anfitriones serán el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana.
Ante ellos se sentarán los sindalistas más poderosos y a quienes el Gobierno apunta para despegar de Moyano: los triunviros de la CGT, Juan Carlos Schmid, Carlos Acuña y Héctor Daer; el secretario general de UPCN, Andrés Rodríguez y; su par de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri.
Dujovne y Quintana ofrecerán borrar los aumentos del 15% en la paritaria y otorgar una compensación que puede alcanzar los siete puntos.
En una decisión tan arriesgada por sus costos, como necesaria por la coyuntura política, económica y social, Dujovne y Quintana ofrecerán borrar los aumentos del 15% en la paritaria y otorgar una compensación que puede alcanzar a los siete puntos, según consignó LaNación.
Incluso, en esta puja contrarreloj que sin dudas golpeará las arcas del Estado, se podría llegar a modificar la futura reforma laboral. Tal como asegura el analista Sergio Suppo, en Casa Rosada están dispuestos a sacrificar la modificación de las indemnizaciones y, además, podrían poner en la mesa de negociación la chance de hacer un recálculo de los aportes de las obras sociales a los gremios.