Avanza Kicillof con su candidatura en la Provincia y analiza posibles alianzas
Decidido a luchar por la gobernación en la provincia de Buenos Aires, el referente de Unidad Ciudadana, Áxel Kicillof, comenzó a transitar los distintos municipios y a imponer su presencia en clave de candidato. Es más: ya registró su domicilio en la localidad de Pilar y sinceró sus intenciones.
En este sentido, el ex ministro de Economía recorrió las municipalidades de Merlo y Marcos Paz al tiempo que se reunió con intendentes peronistas. Un dato no menor: una invitación la recibió de parte de Gustavo Menéndez, el jefe del Partido Justicialista bonaerense, lo que podría indicar el inicio de una sociedad en el arco opositor con el objetivo final de vencer a María Eugenia Vidal. También se mostró junto a Silvina Betakis, ex ministra de Economía de Scioli.
Si bien la actual mandataria bonaerense es la funcionaria con la imágen más consolidada en Cambiemos, un reciente sondeo de Julio Aurelio ubicó al diputado nacional cuatro puntos por debajo de Vidal en una eventual disputa -contemplando a Cristina Fernández de Kirchner como presidenta en la misma boleta-. A su vez, una encuesta de Marketing y Estadística lo posicionó como el funcionario kirchnerista con la figura menos dañada.
Pese a la reticencia de algunos intendentes bonaerenses, que por su condición de porteño recelan de la capacidad que tendrá para afrontar el mando del territorio más poblado del país, Kicillof ha sido una de las espadas opositoras más importantes ante las medidas económicas oficialistas y el advenimiento del Presupuesto, lo que elevó su trascendencia ante la sociedad.
"En la presentación del presupuesto, ni el ministro ni los funcionarios de economía hicieron referencia a la industria, al trabajo, al consumo. No tenemos idea qué piensan hacer para devolverle a los argentinos el poder adquisitivo, la tranquilidad de llegar a fin de mes, de poder pagar las facturas. Piensan en un país para unos poquitos”, enfatizó el legislador en su presentación en Merlo.
Si bien acompañará las decisiones de su otrora jefa, el economista aventura su propio camino y forja lazos con justicialistas para cimentar su candidatura. La coyuntura económica y social lo invita a soñar con el premio mayor, y la ambición por recuperar el bastión histórico peronista ya no se vislumbra como un imposible.