“Cuando cualquiera pregunta, dentro o fuera del espacio kirchnerista, si Cristina Kirchner será candidata, recibe como respuesta otra pregunta: ¿por qué no lo sería? Casi la unanimidad de las encuestas registra ya una polarización extrema entre Macri y Cristina. Las últimas mediciones en manos del Gobierno señalan que Macri tiene una intención de voto de entre el 35 y el 37 por ciento; el de Cristina bascula entre el 30 y el 32 por ciento. El candidato que mejor mide en el peronismo alternativo es Sergio Massa , pero está casi 20 puntos debajo de Cristina”.

ASí explicó este domingo el editorialista Joaquín Morales Solá su diagnóstico electoral para 2019. En medio de un gobierno que no da más que malas noticias a su electorado, la única apuesta posible es la polarización con la expresidenta. Para el columnista dominical, Cristina sólo se bajará de la elección si tiene la derrota asegurada.

La devaluación y la inflación dejaron los subsidios para el consumo de servicios públicos (la pésima práctica que instauró Cristina Kirchner ) en cifras parecidas a las que recibió el presidente Mauricio Macri. Ahora, en el final del año, el Gobierno sorprendió con varios anuncios de aumentos que se aplicarán escalonadamente durante 2019.

Para Morales Solá, el kirchnerismo arraigó la costumbre de no pagar lo que valen los servicios, lo que genera que incluso hoy la energía se venda “un 30% más baja” que en el resto del mundo. Los nuevos aumentos hacen de la polarización una carta obligatoria para competir en 2019 y conseguir la reelección de Macri.

Cristina, por su parte, sólo sondea a Kicillof para reemplazarla. El exministro de Economía tienta más que Agustín Rossi y el ex gobernador Felipe Solá. De todas formas, para Morales Solá, tanto ella como su funcionario estrella tienen el techo bajo inherente al kirchnerismo. “El voto cristinista es casi tribal, y ese es también el enorme problema irresuelto de la expresidenta. ¿Cómo llegar a sectores a los que ella no conquistó hasta ahora? ¿Cómo atraer a los que no son propios? Nunca podrá llegar a ellos porque el cristinismo tiene el gen incurable de la violencia verbal y el escrache pendenciero”, escribió.

Según sostuvo el periodista, algunas de sus fuentes aseguran que Cristina será candidata a toda costa porque “está acostumbrada a perder”, lo que la colocaría nuevamente como primera referente de la oposición. “No es un lugar desechable para una persona a la que se le complica un día sí y otro también su situación en la Justicia”, afirma; y concluye: “Habrá un duelo definitivo entre Macri y Cristina en el año que se aproxima. Quizás sea el último entre ellos, después de casi 15 años en los que se odiaron y se necesitaron con la misma intensidad”.