Alberto Fernández aterrizó en Alemania. El Presidente dejó Roma para centrarse en la apuesta fuerte de su gira internacional: conseguir, de Emmanuel Macron y Angela Merkel, un apoyo sustancial para renegociar la deuda.

Algo de eso se había anticipado en la primera escala, en Italia. Allí, el ex jefe de Gabinete de los Kirchner remarcó, tanto en la reunión con el papa Francisco, como con el primer ministro de Italia, Guiseppe Conte, la difícil tarea del Gobierno en "reperfilar" los vencimientos, tanto con el Fondo como con los acreedores privados.

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Pero el peso en el tablero global que tienen Francia y Alemania no son lo mismo que Italia. Ni tampoco que España.

Tanto Merkel como Macron poseen una influencia directa en la mesa chica del FMI. La última palabra del organismo internacional, por caso, sigue perteneciendo a Donald Trump.

Fernández reconoce el grado de influencia de Alemania y Francia. Por eso mismo le ordenó a su ministro Martín Guzmán que sea de la partida en la reunión del lunes con la primera ministra germana.

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Asoma el plan de Guzmán

A las pocas horas de aterrizar en el aeropuerto de Berlín, empezaron a circular parte de las condiciones que Argentina tratará de defender en el toma y daca con los bonistas. El principal objetivo de Guzmán es patear los vencimientos para el 2023.

En otras palabras, que la administración del Frente de Todos no presupueste ni un sólo dólar para abonar el pago de capital a los acreedores.

La oferta, en sí, no parece ser la mejor para el Fondo. Más si se tiene en cuenta la posición que mantienen los bonistas con la deuda bonaerense. Pero, tal como viene anticipado Fernández, el Gobierno incluye al Fondo como "responsable" de la crisis económica. Y sabe que no sería buen augurio para el organismo que el mayor préstamo de su historia quede impago.

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Agenda

Un día después de haber aterrizado, Fernández y Guzmán cenarán junto a Merkel, a las nueve de la noche (hora local). Alemania cuenta con el 5,32% de representación en el Fondo Monetario Internacional.

Por su parte, el avión presidencial aterrizará en Madrid el martes 4 de febrero. Allí lo espera el presidente español, Pedro Sánchez, dirigente del PSOE con quien Fernández fue muy elogioso. “Con Sánchez tenemos visiones similares sobre lo público y coincidimos en priorizar a los más vulnerables. Su continuidad al frente del Gobierno de España es una buena noticia”, escribió en Twitter cuando el madrileño quedó al frente de la Moncloa.

Luego de su paso por Madrid, llegará el turno de otra ciudad emblemática europea como es París. Allí lo esperará Emmanuel Macron, en el segundo cónclave entre ambos mandatarios en menos de diez días. Fernández consiguió que el presidente francés lo reciba en Israel.

Según trascendidos, la reunión con Macron iba a realizarse en diciembre, ya que a Cancillería había llegado la invitación para que el Presidente haga su primera visita presidencial a Francia, pero un problema de agendas complicó ese boceto. El objetivo será el mismo: conseguir apoyo para la negociación con el Fondo.