10ª marcha de Ni Una Menos: los derechos "que no se llegaron a lograr" y por qué "es más importante que nunca gritar"
Los colectivos feministas resaltan que las medidas tomadas hasta el momento no alcanzaron "para salvar la vida de las mujeres" y que en la actualidad hay "un gran retroceso". En tanto, referentes del Gobierno consideran que la movilización es "discriminatoria" y que no "tiene sentido ponerle género a los asesinatos".
"Ni Una Menos", tres sencillas pero contundentes palabras que se transformaron en un grito colectivo ante la violencia contra las mujeres y disidencias por motivos de género y marcaron un hito en una lucha que este lunes vive su décimo "3J". En un contexto en el que durante el último año se cometió un femicidio cada 28 horas, desde los movimientos feministas consideran que "faltan muchos derechos que no se llegaron a lograr" y que "hoy es más importante que nunca gritar", mientras referentes del oficialismo sostienen que "no tiene sentido ponerle género a los asesinatos".
En diálogo con El Canciller en el marco de un nuevo aniversario de lucha, Luci Cavallero, integrante de la agrupación Ni Una Menos desde 2016, advirtió que el actual es "un momento de gran retroceso" y apuntó contra el "discurso marcadamente antifeminista" del gobierno de Javier Milei, "que niega la especificidad de los femicidios" y "promueve el odio".
Tras aseverar que "faltan muchos derechos que no se llegaron a lograr", la también socióloga apuntó que el movimiento surgido en 2015 "expresa un proceso político de un gran grito colectivo que dijo 'basta'", y subrayó que "hoy es más importante que nunca gritar". Aún así, reconoció que desde la primera movilización "hubo muchos avances" y consideró que su principal aporte "fue producir un proceso de sensibilización en la sociedad".
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En sintonía, Analía Morra, codirectora del Observatorio de las violencias de género Ahora que sí nos ven, señaló a este medio que "en los últimos años la cantidad de denuncias fue en aumento", pero puntualizó: "Los casos se mantienen constantes año a año (sus variaciones no marcan una tendencia definida), por lo que podemos decir que ninguna de las medidas tomadas hasta el momento han sido eficientes para poder salvarnos la vida a las mujeres".
Además, remarcó que "la violencia de género suele recrudecerse en épocas de crisis económica, y también en contexto de violencia institucional", por lo que cuestionó: "El show callejero y mediático de la represión por parte de las fuerzas policiales y la violencia con la que el Presidente y todo el oficialismo se refiere a las mujeres en general, a las feministas en particular y a toda la comunidad LGBT, no hace más que legitimar una violencia que repercute directamente en estos grupos".
Los números son elocuentes: según el Observatorio, que contabiliza desde 2015 los casos en base a artículos publicados en medios gráficos y digitales de todo el país, entre el 3 de junio de ese año -es decir, desde el primer Ni Una Menos- y el pasado 30 de mayo hubo 2.544 femicidios, lo que arroja un promedio de uno cada 31 horas en estos nueve años, en los que tampoco cesó la lucha colectiva.
El lapso en el que se registraron más crímenes fue 2019, con 327 (300 directos y 27 vinculados, es decir, aquellos homicidios cometidos contra una o varias personas para causarle sufrimiento a una mujer, mujer trans o travesti), mientras que en el que menos hubo fue 2022, con 254 (184 y 70, respectivamente). En tanto, en los primeros cinco meses de 2024 se cometieron 97 femicidios; y en 2023 fueron 308 casos, lo que equivale a uno cada 28 horas.
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Por su parte, el Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina (RNFJA), creado a fines de 2015 por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y que realiza informes anuales en base a causas judiciales, relevó el mayor número en 2020, con 287 (251 y 36); y el más bajo en 2015, cuando el recuento arrojó 235 crímenes.
Pese a la contundencia de las cifras, el senador de La Libertad Avanza Francisco Paoltroni, quien en varias oportunidades se mostró en contra de la figura legal de "femicidio", sostuvo a El Canciller que "no tiene sentido ponerle género a los asesinatos del lado del que venga", y reflexionó: "Todos te dicen 'no, pero las mujeres son más'. ¿Entonces discriminamos a los hombres porque son menos asesinados?".
En relación a las marchas de los colectivos feministas, el legislador nacional por Formosa opinó que "son discriminatorias" y lanzó: "¿Cuál es el mensaje? ¿Si tocás a una mina te matamos, pero si una mujer asesina a un hombre está bien? Entonces hagamos una movilización Ni Uno Menos, no tiene sentido. En todos los casos es un espanto, pero no es más espanto si es mujer o si es hombre".
Las declaraciones de Paoltroni se encuadran en una postura oficial avalada por el propio Milei, quien calificó a la lucha feminista como una "pelea ridícula y antinatural entre el hombre y la mujer". Durante su intervención en enero pasado en el Foro de Davos, el Presidente opinó que "en lo único que devino esta agenda" fue en "mayor intervención del Estado para entorpecer el proceso económico".
La postura negacionista se replica en otros referentes del oficialismo, como la diputada nacional Lilia Lemoine, quien ha relativizado el acoso callejero al asegurar que "en alguna ocasión" cuando era joven "los muchachos de una obra" le dijeron "algo lindo" por lo que se fue "con una sonrisa de ahí". No obstante, reconoció a IP: "También me dijeron cosas horribles (…) ¿Y yo qué hago? Me doy vuelta y le respondo. ¿Somos iguales o no somos iguales? Vos me atacás, yo te respondo. Entonces yo lo que quisiera es que la mujer deje de ser mansa y depender del Estado o de depender de alguien para que la proteja".
En este marco, Morra aseguró que "hay una intención clara y explícita del Gobierno de no tratar estos temas, y las veces que les toca hacerlo su posición es muy clara: negar todo tipo de desigualdad de género, incluida por supuesto la violencia".
A su vez, en referencia a la cobertura de los medios de comunicación, hizo hincapié en "la reducción en valores absolutos de casos" respecto de años anteriores y advirtió: "Tenemos que analizar muy bien si el lugar que los femicidios ocupan en la agenda mediática sigue siendo prioritario o si haber corrido el foco hacia las permanentes provocaciones del Gobierno nacional, y cada una de las medidas que toma a diario en contra de los intereses de la nación, no estarán desplazando a un tema tan importante".
El grito "Ni Una Menos" comenzó cuando el femicidio de Chiara Páez, una adolescente de 14 años que en mayo de 2015 había sido asesinada a golpes por su novio en la ciudad santafesina de Rufino, despertó la marea. Esa salida masiva a las calles, que hoy se renueva porque las cifras siguen siendo alarmantes, le puso voz a muchos otros crímenes y agresiones, y elevó el lugar del tema en la agenda de la sociedad, además de exigir el fin de un delito cuyo trasfondo es el fuerte arraigo cultural de lo peor del patriarcado. Nueve años después, mientras los asesinatos y la violencia no cesan e incluso son desestimados por algunos sectores, la consigna se repite: "Vivas nos queremos".