El presidente Mauricio Macri habló por primera acerca de la renuncia de Evo Morales a la presidencia de Bolivia, y manifestó la preocupación de su gobierno por la situación institucional en ese país. "Todos estamos preocupados", dijo Macri a los periodistas en Casa Rosada, en su ingreso al salón de los científicos donde encabezar una reunión de gabinete.

A diferencia del presidente electo, Alberto Fernández, que en la noche del domingo vía Twitter condenó la crisis política y la calificó de golpe de Estado, Macri no se expresó en ese sentido, mientras que el canciller Jorge Faurie volvió a ratificar que la postura del gobierno argentino es considerar que "no están los elementos para describir esto como un golpe de Estado".

En la noche del domingo, por medio de un comunicado de la Cancillería, el gobierno hizo "un llamado a todos los actores políticos y sociales bolivianos para preservar la paz social y el diálogo.

Y enfatizó la "importancia de encaminar este período de transición que se ha abierto por las vías institucionales que establece la Constitución de ese país".

En tanto, Faurie ratificó que no hubo pedido de asilo político por parte de Morales al país, calificó la situación de Bolivia de "crisis institucional" y condenó los ataques sobre el expresidente, aunque ratificó la postura del gobierno de considerar que "no están los elementos para describir esto como un golpe de Estado"; tal como lo había hecho más temprano el embajador argentino en Bolivia, Normando Alvarez García, en diálogo con radio La Red.