El asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba y el senador peronista Miguel Ángel Pichetto tenían una relación ríspida hasta hace algunas semanas. El peronista, que siempre reconoció en el consultor a un "enemigo político", lo acusó más de una vez de atentar contra el diálogo y la gobernabilidad con sus simplificaciones políticas para ganar elecciones, con profundo foco en lo que se denomina el marketing político. Sin embargo, desde el anuncio de la nueva fórmula presidencial, el lazo entre el asesor estrella del PRO y Pichetto se aceitaron notablemente.

El candidato a vicepresidente reconoció que dialoga seguido y tiene -en el presente- una buena relación con Durán Barba. Uno de los primeros acercamientos, previo al salto de Pichetto, lo gestó el director de Diario Perfil, Jorge Fontevecchia, que juntó a ambos en su sala de entrevistas. En algunos fragmentos del reportaje, el periodista le recordó a Pichetto algunos agravios que este había hecho contra el asesor de Macri, quien se reía de lo que escuchaba.

Lo cierto es que en el presente dialogan periódicamente y Pichetto se adecúa, al menos hasta donde le es posible, a los lineamientos de campaña de Durán Barba. En respuesta por la gran disciplina que el senador ejerce con Macri, el asesor le dedicó su columna dominical, en la que aparecen varios elogios para el dirigente peronista que acompañará al presidente en la búsqueda de la reelección.

En una columna titulada "Peronista, sí; totalitario, no", Durán Barba traza una línea de separación entre el tipo de peronismo que profesa la expresidenta Cristina Kirchner y el del senador ya mencionado. "Muchos peronistas conservan las ideas básicas de Perón en torno a la justicia social, pero son democráticos e institucionales. La presencia de Miguel Angel Pichetto dio a la fórmula de Macri ese aporte que aparece por primera vez en la política argentina", consigna el ecuatoriano.

`Finalmente, para contrastar nuevamente con el kirchnerismo, Durán Barba asegura que la Argentina va camino a "unas elecciones en las que el país tendrá que escoger entre permanecer dentro de una visión anticuada y conservadora de la realidad o dar el salto hacia una transformación que convierta a Argentina en un país desarrollado".