"Ley ómnibus": qué sectores de la oposición rechazan los "superpoderes" del proyecto y por qué condicionan su apoyo
Desde parte del PRO, la UCR y Hacemos Coalición Federal piden modificaciones a la propuesta del Presidente. Son más de un centenar de diputados y tienen la llave para la aprobación.
En el inicio de un nuevo año y a menos de un mes del cambio de gobierno y de signo político en el Ejecutivo, en el Congreso de la Nación cruje la disputa por lo que será el debate del proyecto de ley ómnibus girado hace pocos días por Javier Milei y que deberán abordar los legisladores en las sesiones extraordinarias del primer mes de 2024.
Descontando a los 40 diputados libertarios -38 directos de La Libertad Avanza y dos de Buenos Aires Libre- hay 102 legisladores de la oposición más rígida, integrada por Unión por la Patria y los cinco del Frente de Izquierda, pero también existe todo un universo de fuerzas intermedias y dialoguistas que se autoperciben como garantes de gobernabilidad y desean que el Presidente cuente con las herramientas que necesita para aplicar rápidamente las reformas neoliberales contenidas en el programa de 644 artículos: se trata del PRO, la UCR, y Hacemos Coalición Federal.
Más allá de la "buena fe", estos grupos que representan a otras fuerzas menos antagónicas con La Libertad Avanza, pero que se deben a sus votantes y en su conjunto suman más de un centenar, no estarían dispuestos a conceder el “cheque en blanco” que exige el Gobierno, que le permita al jefe de Estado saltearse la institucionalidad y la división republicana de poderes, para concentrar las decisiones en la figura presidencial.
En el PRO, son 37 diputados nacionales, pero hay tres más que orbitan alrededor del mismo polo de poder político. Con distinto grado de entusiasmo de acuerdo a cómo se posicione cada sector interno, en el bloque amarillo hay coincidencia es acompañar “el cambio” que lidera Milei y por ende no hay duda de que el voto en general va a ser en positivo a la mega ley.
“Desde el comienzo dijimos que nuestra intención es tener un acompañamiento responsable a lo que proponga el Presidente Milei y su gobierno, para que tengan las herramientas que necesitan en esta primera etapa para poner en marcha su plan de gobierno”, explican en la bancada que preside Cristian Ritondo.
Sin embargo, creen que la delegación de facultades que permite la ley es excesiva y constituye un mensaje que está reñida con las buenas prácticas institucionales. También hay salvedades respecto de la suba de retenciones a las exportaciones de soja y derivados, que se incrementa de acuerdo a la ley al 33%, lo cual representaría un golpe a un sector como el campo, que integra lo que el PRO considera su base social.
Por otra parte, tampoco les agrada la eliminación de la fórmula de movilidad jubilatoria sin un resguardo en momentos en que la inflación se está disparando y amenaza con no tener techo: los adultos mayores son también un sector clave de los votantes del partido fundado por Mauricio Macri.
En tanto, la Unión Cívica Radical (UCR), que tiene 34 diputados, también está haciendo esfuerzos para salvar el plan de profundas reformas planteado por Milei. Primero lo hizo presentando a través de Carolina Losada una ley espejo al mega DNU en ambas cámaras de Congreso, y luego con la propuesta del presidente de bloque, Rodrigo De Loredo, para fraccionar la iniciativa en varias propuestas separadas de manera tal que la oposición pueda acompañar las medidas en las que se sienta de acuerdo y rechazar las que no. Ninguna de las sugerencias fue atendida por el Gobierno libertario.
Con la ley ómnibus sucede algo parecido: le aseguran y reaseguran a Milei que quieren que el proyecto sea aprobado, pero no a libro cerrado ni a cualquier costo.
Los cuestionamientos radicales son prácticamente los mismos, aunque en algunos casos con mayor énfasis que en el caso de su par con el que comparten la alianza Juntos por el Cambio. La delegación de facultades, el ajuste a los jubilados y la suba de retenciones son cuestiones que les resultan difíciles de digerir y bastante inaceptables.
Pero suman también otros rechazos, como la reprivatización de YPF, que consideran innecesaria porque es una empresa que funciona con una lógica similar a la de una compañía privada y que da ganancias importantes. El neuquino Pablo Cervi está a la cabeza de quienes desde la UCR rechazan modificar el status de la empresa petrolera con mayoría estatal.
En el bloque de legisladores de Hacemos Coalición Federal es más complejo el consenso porque no hay posturas unánimes. Tiene que ver con el propio origen de esta fuerza parlamentaria de 23 diputados que emergió la semana pasada a partir de la fusión de tres espacios preexistentes que poco tienen que ver entre sí, con el fin de conseguir lugares de representación en las comisiones de debate. Se trata de Cambio Federal de Miguel Pichetto, Emilio Monzó y Nicolás Massot, Hacemos Nuestro País (el schiarettismo) y la Coalición Cívica.
Quien levantó el perfil como vocero de este nuevo agrupamiento fue Nicolás Massot, designado también como representante en la comisión bicameral de Trámite Legislativo, donde va a tratarse el mega decreto de necesidad y urgencia.
“El acompañamiento para que florezca la iniciativa privada, para que la Argentina vuelva a insertarse en el mundo, para que multiplique sus exportaciones, para que desburocraticemos y le saquemos el pie que el Estado le ha puesto a la iniciativa privada en tantos campos, te garantizo que lo va a tener el gobierno”, explicó Massot.
Pero, cuestionó: “Lo que hay que derribar es esta idea de que hay un único camino posible, que es con una delegación extraordinaria que ningún presidente en la Argentina, bajo ningún punto de vista y en ninguna crisis, aún peor que a la actual, se animó a pedirle al Congreso”.
“Nosotros ya le comunicamos al Gobierno, y lo seguiremos haciendo de la mejor manera, que tiene un Congreso con total capacidad para formar mayorías, con toda la predisposición de trabajar desde el primer momento, nosotros no vamos a especular con el quórum, no vamos a demorar los procesos, entendemos la celeridad que necesita el tratamiento del DNI y de la ley, estamos ahí para discutirlo, pero hay que permitir los matices”, subrayó.
Asimismo, Massot aclaró que no ven con buenos ojos la derogación de la fórmula de movilidad jubilatoria actual, “sin llenar un hueco sobre el cual hay una jurisprudencia larguísima de la Corte Suprema”.
“Nosotros queremos colaborar, pero queremos que en el Congreso salga en acuerdo con el gobierno una fórmula de movilidad que deje tranquilo al gobierno en términos fiscales pero que también deje tranquilo a los jubilados en términos de tener una automaticidad en la recomposición de su ingreso”, expresó el diputado de Cambio Federal que representa a la nueva coalición opositora surgida tras la separación de Juntos por el Cambio.