La Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados comenzó a debatir este martes un conjunto de siete proyectos tendientes a reducir la jornada laboral, que en la actualidad es de 48 horas semanales, con la participación, entre otros, de la titular del ministerio del sector, Raquel “Kelly” Olmos, quien señaló que los cambios en esta materia deben hacerse “de manera progresiva y escalonada”. 

La ministra de Trabajo formuló estos conceptos al analizar una propuesta de reducción de la jornada laboral, que fue respaldada por sindicalistas y diputados del oficialismo y de la izquierda, mientras que la Unión Industrial Argentina se opuso a esos proyectos y Juntos por el Cambio planteó sus reparos con argumentos sobre dificultades en la diversidad del mercado del trabajo. 

Al iniciar la reunión, la presidenta de la comisión, Vanesa Siley, recordó que la ley vigente data de 1929 y consideró necesario iniciar un debate "para modernizar y actualizar la legislación laboral", que cumplirá un siglo dentro de cinco años. 

"Es la primera pero no va a ser la última. Vamos a hacer muchas más reuniones", destacó la legisladora oficialista antes de adelantar que la CGT estará presente en la próxima reunión del grupo parlamentario de trabajo.

"Nosotros como ministerio apoyamos esta iniciativa y promovemos que, de adoptarse una modificación hacia la reducción de la cantidad máxima de horas de trabajo autorizadas semanalmente, se haga de manera escalonada”, insistió Olmos. "No se puede hacer de un día para el otro porque tiene que haber un horizonte de previsibilidad en relación a esa modificación", aclaró. 

Propuso que, a partir de que se fije ese máximo de horas, "se fortalezca la competencia de la negociación tripartita de cada convenio colectivo de trabajo para la distribución de las horas máximas autorizadas adecuadas a cada actividad". 

Destacó que, si se opta "por un mecanismo de reducción, se estaría impulsando una redistribución más adecuada de la productividad alcanzada, aportando al concepto de justicia social". "Si uno ve el mapeo mundial no hay una posición común, como tampoco hay un desarrollo homogéneo entre los países", apuntó Olmos. 

La comisión analiza siete proyectos, de los cuales cinco corresponden al oficialismo, presentados por Claudia Ormaechea, Hugo Yasky, Sergio Palazzo, Eduardo Valdés y Mónica Litza, y dos a legisladores de la oposición, impulsados por el socialismo (Enrique Estevez) y por el Frente de Izquierda (Nicolás del Caño). 

Por su parte, Ormaechea destacó la importancia de avanzar en la reducción de la jornada laboral y señaló que ese tipo de debates se dio "en todo el mundo con pruebas pilotos con resultados muy favorables". "Esta ley va a mejorar la distribución de los puestos de trabajo y en algunos sectores también la creación de puestos", pronosticó. 

Del encuentro participaron, además de la ministra de Trabajo, representantes de la CGT, CTA de los Trabajadores y Autónoma y especialistas de la Unión Industrial Argentina (UIA), así como de la Corriente de Abogados laboralistas "7 de Julio". 

El vicepresidente del departamento de Política Social de la UIA, Julio Codero, celebró del debate, pero recomendó entender que el derecho al trabajo "está protegido por pactos internacionales suscriptos por la Argentina” y pidió dejar la discusión "en manos de la autonomía de la negociaciones colectivas". 

A su vez, Ricardo Peidro, de la CTA Autónoma, dijo que la reducción de la jornada laboral "está en el ADN de las organizaciones" sindicales y subrayó que "en Argentina la jornada laboral es una de las más altas de la región".

Desde la oposición, el radical Martín Tetaz, se definió como "un fan de la reducción laboral", pero advirtió que el mercado "es muy heterogéneo” y que en todos los sectores “no se podrá compensar la reducción de horas con aumento de la productividad, por ejemplo, en los servicios de cuidado de personas”.