Una auténtica escena de horror se vivió en las últimas horas en la Clínica San Roque, en la ciudad santafesina de Vera. Una madre, identificada como Jésica Fosatti, llegó al hospital con su hijo recién nacido muerto entre sábanas. Al revisarlo, los médicos encontraron en el bebé al menos siete heridas cortantes en la zona del tórax y el cuello. De inmediato dieron aviso a la Policía, que detuvo a la mujer.

Fosatti, de 24 años, arribó a la clínica en "pésimo estado general", según el médico de guardia que la recibió, Darío Zunini. La madre "neurológicamente no respondía a los estímulos", sufría "una hipotensión severa por la pérdida de sangre, con baja presión" y también sangrado vaginal. 

Zunini remarcó la crudeza del caso: "Fue muy traumático para mis compañeras, que debo destacar que trabajaron con mucho profesionalismo".

Sixto González, abogado de la imputada, explicó que ella mismo indujo el nacimiento cuando el bebé llevaba siete meses de gestación y que lo mató a puñaladas al nacer. La mujer estaba estudiando enfermería, y, según declararon desde su entorno, no estaba al tanto de su embarazo. 

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Hasta el momento se analiza el posible motivo que llevó a la madre a asesinar su propio hijo recién nacido. González mencionó la posibilidad de que su clienta hubiera atravesado "una psicosis puerperal". También analizó el rol del padre, que hasta el momento sigue sin aparecer: "Hay ver qué papel jugó. Podría ser un extorsionador, un instigador". 

Sin embargo, el letrado confirmó que que la autoría del crimen ya está comprobada: "El hecho lo cometió ella, no cabe duda. Hay muchas situaciones a tener en cuenta. Por ahí se habla muy rápido, la gente comenta todo muy rápido, un poco más hay que fusilarla, pero hay que estar en la cabeza de ella". 

Después de haber recibido la atención de psicológicos y psiquiatras para evaluar su estado de salud mental, Fosatti fue detenida. El caso será analizado desde una perspectiva de género y no será imputada hasta que se realicen exámenes sobre su salud mental.