Horas después de los crímenes del jefe de la barrabrava de Rosario Central, Andrés "Pillín" Bracamonte, y de su mano derecha, Daniel "Rana" Atardo, comenzaron a trascender mensajes de voz de distintos testigos del ataque contra la camioneta en la que circulaban a metros del "Gigante de Arroyito" tras el partido entre el "Canalla" y San Lorenzo por la Liga Profesional. 

"Justo tuvieron que frenar porque ahí se junta la barra. Se estaban yendo y justo hubo congestión de autos. Dicen que se arrimaron dos en una moto. Nosotros estábamos ahí hablando. Uno mira para adentro, mete el brazo adentro de la chata y revoleó como diez tiros", señaló uno de los presentes, según revela un audio que se dio a conocer este domingo. 

En el relato en primera persona, el testigo agregó: "Decí que ningún tiro paso de largo porque nosotros estábamos cruzando la calle. Fue raro, las luces de la calle estaban apagadas, no aparecía la Policía y una ambulancia siguió de largo. A la chata donde estaba "Pillín" se subió otro vago y se lo llevó al Centenario. El "Rana" quedó tirado, lo cargaron y se lo llevaron". 

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"Estoy en shock todavía. Estaba al lado de la chata. Cuando los veo que vienen, me corrí a un costado", relató otro de quienes presenciaron el ataque a sangre fría. "Tiraron tiros al aire y uno se apoya en una de las ventanillas. Le pegan al "Pillo", que estaba ahí, y después al otro que quiso salir corriendo, pero chorreaba sangre y quedó tirado en la calle. Ahí nomas empezaron a gritar. "Pitito" se llevó la camioneta con el loco arriba porque convulsionaba, pero tenía tiros por todos lados", añadió. 

El tiroteo se desató a metros de "Ribereño", un reconocido bar que se suelen juntar los hinchas de Rosario Central en la previa y después de los encuentros deportivos de su equipo. 

"Nos quedamos a tomar un vino en el Ribereño con los barras que estaban ahí. Empezamos a escuchar ‘pa, pa, pa’. Lo dejaron tirado ahí al "Rana". Pasó una ambulancia y no lo quiso levantar. Pasó la Policía y tampoco. Se lo llevaron en un auto. Al "Pillín se lo llevaron al toque. Todos en el Ribereño nos quedamos tirados", describió una hincha. 

Actualmente, las fuerzas de seguridad están tratando de dar con el paradero de "tres encapuchados", quienes habrían sido los atacantes. A pesar de esto, la causa que tiene a cargo Alejandro Ferlazzo se enfrenta a otra complejidad, y es que la avenida donde sucedió todo, Avellaneda 700 bis, estaba sin alumbrado público, lo que dificulta aún más las investigaciones. 

Con más de 20 años al frente de la hinchada, Bracamonte había sufrido varias veces atentados contra su vida, el último de ellos en agosto pasado, cuando, tras la victoria del cuadro auriazul ante Newell's Old Boys, él y su novia fueron baleados también desde una moto, en un episodio de características muy similares al de este sábado.