Por Franco Casaretto.

fcasaretto@elcanciller.com

Una empanadita. Un trago. Difícil para los que se estaban cuidando. Y también para los que buscaban una foto con los dueños de los flashes: el expresidente Mauricio Macri, el chileno Sebastián Piñera y la diputada española y referente de la Fundación Libertad Cayetana Álvarez Toledo.

La sobriedad con la que transcurría el arranque del evento en el Goldencenter solo se vio alterado por la llegada de Patricia Bullrich, una de las tres candidatas presidenciales de Juntos por el Cambio. Como si el renunciamiento de Macri la hubiera catapultado definitivamente, fue una de las más solicitadas de la noche.

Mirtha Legrand, presente y agasajada.
Mirtha Legrand, presente y agasajada.

Casi al mismo tiempo se hizo presente su principal competidor, Horacio Rodríguez Larreta, también muy solicitado. La tercera postulante, María Eugenia Vidal, estuvo ausente con aviso: por estas horas transcurre su luna de miel con el periodista y empresario Enrique “Quique” Sacco.

El líder del PRO se llevó todos los aplausos y los guiños de los invitados. Uno le preguntó hasta qué perfume usaba. Un influencer de verdad.

En otra sintonía y ya sin la presión electoral, Macri entró al salón con muy bajo perfil. Tanto que casi nadie notó su presencia. Claro que apenas fue divisado por los primeros cholulos, explotó de gente a su alrededor. Incluso el primo Jorge, feliz por la ratificación como único candidato del PRO en la Ciudad, tuvo que oficiar varias veces de fotógrafo, para que los presentes pudieran tener su imagen con el expresidente.

A la hora de su exposición, Macri empezó con una referencia al ChatGPT (¿influenciado por Daro Nieto?), y se mostró muy duro en su diagnóstico sobre la economía que dejará el tercer kirchnerismo al gobierno al que le tocará asumir en diciembre próximo. 

El líder del PRO se llevó todos los aplausos y los guiños de los invitados. Uno le preguntó hasta qué perfume usaba. Un influencer de verdad.

Álvarez Toledo también se llevó un vendaval de aplausos del salón repleto: “Prefiero morir de pie que sumisa al socialismo”, dijo, y despertó la euforia del público.

Sebastián Piñera, expresidente de Chile, con Patricia Bullrich.
Sebastián Piñera, expresidente de Chile, con Patricia Bullrich.

En el medio, el jefe de la Fundación Libertad, Alejandro Bongiovanni (muy cercano a Bullrich), masticaba bronca contra aquellos que pegaron el faltazo para ir a otra cena, también del Círculo Rojo: la del CIPPEC.

De todas maneras, las ausencias no opacaron la magnitud del evento: la sensación y el comentario eran que alguno de los presentes iba a ser el próximo (o la próxima) presidente de la Nación.