"Dos cuestiones innegociables: Lorenzetti y Angelici. Para él y para mí, no se cómo va a terminar", había advertido Carrió el 19 de noviembre de 2016, a casi un año del inicio del gobierno de Cambiemos. Ese día, al celebrar los 15 años de la Coalición Cívica en Santa Fe, Carrió puso en marcha su plan para correr de la escena judicial al entonces titular de la Corte Suprema y al presidente del club Boca Juniors. Advirtió que no sabía cómo iba a terminar la disputa con Macri, que le había anticipado que con Lorenzetti no se quería meter y que su amigo Daniel Angelici también era "innegociable".

En los últimos dos años, Carrió sumó otros nombres a la lista que pretende derrotar, como el ministro de Justicia, Germán Garavano, cara visible y blanco de sus cuestionamientos de los últimos días. El disparador fueron los dichos del funcionario sobre la situación judicial de la ex presidenta Cristina Kirchner, pero la pelea ya venía de antes. Ella lo acusa de ser cómplice de la "impunidad" dentro de la denominada "familia judicial". Los casos más relevantes fueron la salida del cuestionado ex juez federal Norberto Oyarbide y la decisión del Gobierno de no avanzar contra fiscales acusados de encubrimiento en el caso AMIA. Para Carrió, Garavano estuvo detrás de esas situaciones, en línea directa con Angelici, como parte de una defensa a la "corporación judicial". Dentro del oficialismo, la líder de la CC hace equipo con el abogado Fabián "Pepín" Rodríguez Simón, cercano a Macri, que también está enfrentado con el presidente de Boca. 

Contra Angelici la legisladora impulsó una causa judicial por supuesto tráfico de influencias en Comodoro Py, pero la denuncia no prosperó y el hombre del fútbol, que también es abogado, fue sobreseído por el juez federal Sebastián Casanello. Uno de los hechos denunciados en esa causa fue la salida de Oyarbide de Tribunales, a quien Carrió pretendía hacerle un juicio político. En la causa, la diputada sostuvo que Angelici le habría transmitido los deseos del Poder Ejecutivo de que renunciara al cargo, algo que finalmente hizo. Ante Casanello, el ex magistrado dijo que no lo conocía, más allá de que existían fotos del presidente de Boca Juniors asistiendo a una celebración organizada por el magistrado por sus 20 años como juez del fuero federal.

La avanzada judicial de Carrió contra Angelici por supuesto tráfico de influencias no prosperó y Casanello lo sobreseyó

Otro de los puntos que enoja a Carrió es la influencia de Angelici en el Consejo de la Magistratura, el organismo dedicado a la designación y remoción de jueces. La nueva composición del cuerpo a partir de noviembre contará con un representante de los abogados porteños que responde al presidente del club de la rivera. Se trata del radical Juan Pablo Más Velez, a quien Angelici impulsó y también tiene vínculos con el mundo del fútbol, por un cargo en la Superliga.

Por el momento, de los objetivos de Carrió el único que perdió terreno fue Lorenzetti, a quien la legisladora intentó sacar con un juicio político, pero sin el respaldo de ningún sector del oficialismo no llegó ni a ser tratado en comisión. Por disputas de poder dentro de la Corte, Lorenzetti fue corrido de la presidencia y reemplazado por Carlos Rosenkrantz, aunque sigue dentro del máximo tribunal como vocal. "Se terminó la impunidad y la extorsión", dijo Carrió el día que se conoció la suerte de Lorenzetti.

Tras la escalada de tensión en Cambiemos, el clima interno se distendió en las últimas horas tras su decisión de posponer la presentación del pedido de juicio político contra Garavano. Lo hizo para frenar la turbulencia que sacudió al Gobierno por sus críticas y que este jueves quedó en evidencia ante el país cuando por la mañana intercambió un frío saludo con el presidente Mauricio Macri en el acto en el Centro Cultural Kirchner (CCK).

Ese gesto no pasó desaparecido y, tras analizar todo el día las repercusiones del episodio, Carrió dio una señal al Gobierno y anunció que por el momento no avanzará contra Garavano. De todas formas, ese pedido ya está escrito y le faltaba solo la firma de Carrió, por lo que la Coalición Cívica lo guardará para más adelante, como una herramienta de presión, un "seguro" ante las decisiones judiciales del oficialismo que no tengan su aprobación.