El Y2K de la Justicia (veinte años después)
Durante siete días no funcionó el sistema informático del Poder Judicial, llamado Lex100, y desde el gremio de judiciales denunciaron que estuvo "virtualmente paralizada".
No tenemos la estadística, pero sí una respuesta muy probablemente efectiva ante la pregunta: ¿Quién no usa celular o internet en este 2020? Casi nadie, salvo niños muy niños o ancianos muy ancianos. Bueno, la Justicia depende de su sistema informático como nosotros de nuestras computadoras y celulares y resulta que éste estuvo caído durante una semana. Fue el tema insoslayable en Tribunales y todavía no se conocen las consecuencias del problema parcialmente solucionado este miércoles. Casi todo hoy día se maneja digitalmente y si el sistema falla, tragedia.
El asunto no alcanza sólo al gremio, la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN), que fue el que primero tiró la piedra en defensa de sus afiliados que debían trabajar mal y de más, sino a todos los actores del sistema, como los abogados que hace varios años ya se notifican de las decisiones judiciales obligatoriamente vía digital y no papel, y hasta los molestos periodistas que seguimos causas judiciales a través del sistema de información pública que estableció la Corte Suprema de Justicia de la Nación hace más de una década.
Todas las fuentes consultadas por este cronista en el Consejo de la Magistratura respondieron con tono de culpa, como asumiendo el papelón. La institución es poco conocida pero muy importante, ya se ha dicho en esta columna. Administra el Poder Judicial de la Nación y, además de seleccionar y sancionar a los jueces, es la responsable de su sistema informático. Según lo que pudo recabar este periodista, que de informática sabe poco y nada, se cayeron cinco de los siete servidores ubicados en un edificio existente frente a Plaza Lavalle.
Ello alcanzó para que no funcionaran debidamente las páginas del Poder Judicial (www.pjn.gov.ar) y del Centro de Información Judicial (www.cij.gov.ar). La primera de ellas es la más importante para los abogados, porque a través de ella hacen sus trámites digitales para el seguimiento de las causas en las que trabajan. La segunda tiene que ver con la transparencia de información pública de un poder público que históricamente trabajó a oscuras de la sociedad y dentro de cuatro paredes. Allí se pueden consultar las sentencias. Aún hay jueces que se niegan a difundirlas a todo el público sino sólo a las partes del proceso.
Lo que destapó la olla fue la queja del sindicato liderado por Julio Piumato, que denunció públicamente los problemas que la caída del sistema interno, llamado Lex100, generó en los trabajadores judiciales aún en funciones durante la feria veraniega de enero. "La situación actual es de extrema gravedad, no sólo porque la República Argentina se encuentra virtualmente imposibilitada de impartir justicia normalmente, sino que también, porque gran parte de la actividad judicial de los juzgados de turno se ve postergada para el momento de restablecimiento del servicio, algo que cada día parece más lejano", dijo la UEJN el lunes en una presentación ante el Consejo de la Magistratura.
Luego se sumaron los planteos al presidente del cuerpo, el juez Ricardo Recondo, formulados por los también consejeros Graciela Camaño (diputada) y Alberto Lugones (juez y posible próximo presidente del organismo, ya informado en este sitio). Ni hablar de las quejas por las redes sociales de toda laya y color. Hubo quienes pidieron la extensión de la feria de enero hasta los que vieron una maniobra deliberada para beneficiar a la ex presidenta y actual vicepresidenta Cristina Kirchner en las varias causas judiciales que tiene sobre su mochila. Es decir, un sabotaje.
No es muy difícil recordar que el sistema de sorteos de causas en la Cámara Federal se cayó justo cuando se debía determinar a qué juzgado iría la investigación por la muerte del fiscal Alberto Nisman. Todo es posible en la Argentina, pero al parecer en este caso se habría tratado de un problema de desidia e incompetencia. Típico argentino.
Con consejeros de vacaciones y firmando por mail, el organismo aprobó una nueva contratación con la empresa Hewlett Packard que implicará unos 170 mil dólares, según dijeron fuentes del Consejo. Al parecer, un servidor de la empresa Oracle que existía desde junio fue puesto en funciones para salvar las papas y el sistema volvió casi a la normalidad el miércoles 29, exactamente una semana después de su caída. Pero falta ahora que llegue un repuesto desde los Estados Unidos. "Una plaqueta", dijo una fuente del Consejo.
La noticia dura y novedosa es que se abrió un sumario para determinar responsabilidades por la monumental y preocupante falla. Seguramente termine en la nada. Lo curioso es que el episodio se dio mientras el Consejo no renovó autoridades, como usualmente hace a fin de año. Quizás lo haga en una o dos semanas, luego que asuman sus cargos los senadores oficialistas Mariano Recalde y María Inés Pilatti Vergara, tal como se informó desde este espacio antes de fin de año en el marco de los repartos de poder en la coalición gobernante.
El otro dato, según fuentes judiciales, es que hubo permanente coordinación entre Recondo y el presidente de la Corte, Carlos Rosenkrantz, pero ello lleva a pensar que se trata de un remanido terreno pantanoso: el de la delimitación de las competencias institucionales de la Corte y del Consejo de la Magistratura, el organismo creado en la reforma constitucional de 1994, puesto en marcha cinco años después por las peleas políticas sobre su integración y reformado durante el kirchnerismo. Por ello se habla desde entonces del Poder Judicial como del "poder bifronte".