Seis antecedentes de elecciones impugnadas en Estados Unidos (y cómo se resolvieron)
Hace 20 años que la Corte Suprema no define quién es el candidato presidencial ganador. Qué sucede si Trump y Biden empatan en electores.
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos continúan sin definición y se mantienen cabeza a cabeza con el peligro que la disputa se extienda durante semanas. Donald Trump acusó un supuesto fraude en el recuento de votos mientras mantiene una tendencia a su favor en los cuatro estados claves que siguen en danza. En tanto, la directora de la campaña del candidato presidencial de la oposición Joe Biden, Jen O´Malley Dillon, advirtió que el equipo legal actuará si intentan resolver los comicios en la Justicia.
En el caso de que Trump recurra a la vía judicial, no será la primera vez que un candidato lo haga. Hay seis antecedentes a lo largo de la historia norteamericana en donde hubo conflicto en las elecciones y la Justicia definió al ganador.
En 1800, Thomas Jefferson y Aaron Burr obtuvieron la misma cantidad de sufragios del Colegio Electoral. Como ninguno logró una gran mayoría del voto electoral, se aplicó la Enmienda 12 de la Constitución y la Cámara de Representantes convocó una sesión especial para resolver el empate por votación. Hicieron 36 votaciones seguidas para finalmente consagrar ganador a Jefferson.
En 1824, Andrew Jackson ganó la votación popular contra John Quincy Adams y otros dos candidatos, pero no alcanzó la mayoría requerida del Colegio Electoral. Entonces la Cámara Baja aplicó el procedimiento que prevé la Constitución en su Enmienda 12 y consagró a Adams como ganador.
La elección de 1860 es una de las más emblemáticas de la historia de Estados Unidos. Se presentaron Stephen A. Douglas y Abraham Lincoln como los principales rivales. La falta de respaldó de Lincoln en el sur llevó a la secesión de diversos estados y luego a la Guerra Civil con el resultado del triunfo posterior sobre los confederados.
En 1876, Rutherford B. Hayes y Samuel Tilden impugnaron las votaciones porque varios de los estados del Sur no pudieron certificar un ganador. La resolución la lograron las negociaciones interpartidistas conducidas por una comisión electoral fijada por el Congreso. Hayes se quedó con la presidencia y se le hicieron concesiones a los estados del Sur que finalizaron la etapa de Reconstrucción.
Las votaciones presidenciales de 1960 entre John F. Kennedy y Richard Nixon estuvo repleta de denuncias de fraude. Los votantes de Nixon presionaron para que muchos estados hicieran recuentos. Finalmente, el candidato republicano aceptó que perdió las elecciones. De esta manera, se evitó que el país sufra un problema interno sumado a las tensiones de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
En el antecedente más cercano y todavía rodeado de numerosas polémicas, en 2000, el republicano George W. Bush acudió al máximo Tribunal por el recuento de los votos en Florida -con una diferencia ínfima contra Al Gore- y la Corte Suprema aprobó su reclamo, lo cual le otorgó la victoria en la contienda presidencial.
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¿Qué sucede si Trump y Biden empatan?
Si los candidatos presidenciales empatan en votos electorales (269) tendrá que decidir el Congreso (de mayoría demócrata), según la Enmienda 12 de la Constitución. La Cámara de Representantes elige al presidente entre los tres candidatos más votados de las votaciones. Cada delegación estatal en la Cámara tiene un voto. Después el Senado elige al vicepresidente entre los dos candidatos más votados.
Pese a que los demócratas cuentan con más miembros en la Cámara Baja, los republicanos controlan más estados. El procedimiento se aplicó en 1800 en la disputa entre Jefferson y Burr, y en 1824, entre Jackson y Adams.
Otra vía es que el conflicto lo resuelva el Tribunal Supremo. Si llega a suceder esto, Trump cuenta con las chances más favorables dado que el órgano cuenta con mayoría conservador con seis de nueve jueces, luego del ingreso Amy Coney Barrett. Asimismo, el resultado del Máximo Tribunal podría tardar días o semanas. Una elección inédita que podría resolverse en los tribunales o en el Capitolio.