El próximo martes, el Congreso peruano votará mediante una sesión extraordinaria un proyecto que podría marcar, entre otras cosas, el camino del regreso a la bicameralidad parlamentaria, abolida por la Constitución de 1993 y cuyo posible retorno fue rechazado en un referéndum en 2018.

Si la propuesta recibe una mayoría calificada de al menos 87 votos entre los 130 parlamentarios, bastará para ser aprobada. El debate se basa en un proyecto elaborado por la Comisión de Constitución y específicamente por su presidenta, Patricia Juárez, que cuenta con respaldo de bancadas de derecha y centroderecha, pero es visto de reojo por sectores de izquierda, que prefieren que se recurra de nuevo a un referéndum.

Perú tuvo Congreso bicameral hasta 1992, cuando el entonces presidente, Alberto Fujimori, lo disolvió mediante un golpe de Estado. La Constitución de 1993, de clara esencia fujimorista, estableció el Congreso unicameral que funciona ahora.

En el referéndum de 2018, convocado por el entonces presidente Martín Vizcarra, 14 millones de peruanos rechazaron el regreso a la bicameralidad, contra 1,5 millones que lo aprobaron, lo que según algunos analistas se explica en el desprestigio que sufre el Poder Legislativo.

¿Qué dicen los especialistas? 

En diálogo con El Canciller, Christian Rivera Paredes, politólogo peruano egresado de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), explica que "lo que hay que evaluar es si la reforma política impulsada por el fujimorismo es una reforma que avanza hacia la democratización o no". También, señala que el sistema unicameral del 1993 ya permite en sí mismo votar leyes de primera y segunda lectura. No obstante, recuerda que muchas veces las leyes se aprueban en primera instancia y no en la segunda. 

El politólogo aclara que "con este nueva reforma se debaten más de cincuenta artículos de la Constitución Nacional". Explica que "en la Reforma se debate también si la Cámara de Diputados puede denunciar a las autoridades del Sistema Electoral" y sostiene que "el fujimorismo busca constitucionalmente revisar y auditar un resultado electoral". También, actualmente, el Presidente puede disolver el Congreso si le rechaza el Gabinete dos veces, eso pasaría a tres veces. "Otra cuestión que se plantea en la reforma es la posibilidad de denunciar penalmente a periodistas que filtren información sensible del Gobierno", agrega. 

Mario Guerrero, politólogo y docente de la Universidad Nacional de Cuyo, explica que en casos como el de Perú hay dos principios que entran en disputa: la representación y los costos de tomar decisiones. "Usualmente, cuando se piensan en sistemas bicamerales, se piensan en dos principios de representación diferentes (uno por región y otro por población)", sostiene .  

"En Perú, el sistema de partidos está extremadamente fragmentado", afirma. "Desde la disolución de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) no existe una base de representación nacional que unifique intereses y principios. Esto ha hecho que históricamente hayan muchos costos a la hora de tomar decisiones. De hecho, en el país incaico los políticos suelen implementar medidas arbitrariamente, y no prevalece el consenso", explica. 

El investigador considera que "en el país andino hay algunos mecanismos políticos que complican la estabilidad gubernamental". Ejemplifica mencionando que el Presidente al asumir tiene que armar un Gabinete, pero éste debe ser aprobado en el Congreso. "Con un sistema tan fragmentado en el Congreso, es muy difícil lograr consensos lo cual perjudica la permanencia y la perdurabilidad del Presidente en ejercicio, que no puede designar a los ministros que quiere", plantea. "En definitiva, en Perú más que un presidencialismo fuerte, hay un presidencialismo de coalición, en donde los presidentes gobiernan en el marco de coaliciones parlamentarias con mucho poder, y eso es lo que se quiere modificar en cierto punto", concluye.