En las últimas décadas, bajo el paraguas protector y financiero de Irán, Hezbollah se convirtió en una de las organizaciones terroristas más poderosas y sangrientas de Medio Oriente. Expertos en política internacional aseguran que buena parte de la responsabilidad de que este grupo paramilitar tuviera características de "un Estado dentro de otro Estado", en alusión al Líbano, es de Hassan Nasrallah, su histórico líder, abatido por Israel durante un bombardeo selectivo llevado a cabo el viernes sobre Beirut.

Nacido en la capital libanesa en agosto de 1960, hijo de un tendero y su esposa, Nasrallah pasó su adolescencia bajo la sombra de la guerra civil de ese país de Asia occidental, que en 1975 obligó a su familia a movilizarse al sur, a un pueblo cercano a la ciudad costera de Tiro.

Un año después, el entonces joven libanés se trasladó a Irak para asistir a un seminario chiíta, pero fue expulsado rápidamente durante la persecución de los musulmanes bajo el régimen represivo del presidente Sadam Husein. Fue entonces cuando regresó a su país para estudiar con su maestro y mentor, Abbas Musawi.

TE PODRÍA INTERESAR: Conflicto en Medio Oriente: las Fuerzas de Defensa de Israel anunciaron la muerte del histórico líder de 

Cuando Israel invadió el Líbano en 1982, Nasrallah se unió a un grupo de combatientes para resistir la ocupación. Poco después, aquella milicia se convertiría en Hezbollah, uno de los principales enemigos del Estado judío.

Heredó el liderazgo del movimiento musulmán chií libanés en 1992, cuando Musawi -su por entonces jefe- fue asesinado tras un ataque perpetrado desde un helicóptero israelí. 

El nuevo líder supervisó la transformación de Hezbollah, que pasó de ser un grupo de militantes desorganizados en la década de 1980 a una organización que montó una campaña concertada para expulsar la ocupación israelí en 2000. 

El grupo extremista libanés se convirtió en una fuerza de combate regional y la influencia de Nasrallah significó un eje de resistencia respaldado por Irán, que creció exponencialmente después de que Estados Unidos matara en 2020 al general de alto rango iraní Qassem Soleimani.

Hezbollah es el grupo no estatal más fuertemente armado de la región y la fuerza política más dominante en un Líbano en crisis. Se estima que sus combatientes y reservistas ascienden a más de 100.000 y en su arsenal cuenta con misiles y drones de largo, medio y corto alcance.

"Fue responsable de dirigir ejecutar ataques terroristas en todo el mundo en los que murieron civiles de diversas nacionalidades", aseguraron este sábado las Fuerzas de Defensa de Israel tras confirmar su muerte, que se produjo mientras se encontraba operativo en el cuartel central de Hezbollah en Beirut, construido bajo edificios residenciales en un populoso barrio del sur de esa capital.

Su fallecimiento supone un tremendo impacto para el grupo extremista, afectado por un durísimo golpe la semana pasada, cuando el Líbano fue también el trágico escenario de centenares de explosiones de localizadores y walkie talkies que estaban en manos de miembros de Hezbollah, atribuidas a Israel y que, según el ministerio de Sanidad libanés, causaron 37 muertos y más de 3.500 heridos.

Hezbollah también confirmó el deceso de su "líder y mártir" horas después, y en un comunicado prometió que seguirá adelante con "la guerra santa contra el enemigo y en apoyo a Palestina".

La agrupación pro iraní ha intercambiado cada vez más ataques con Israel desde que el Estado judío lanzó una impresionante ofensiva militar contra la Franja de Gaza, en respuesta a la sangrienta incursión de Hamas en su territorio el 7 de octubre de 2023, lo que ha llevado al límite las tensiones en la región.