La oferta del principal banco suizo se dio a conocer este domingo y consistió en un precio de 0,25 francos suizos por acción a pagar en papeles de UBS, notoriamente por debajo del precio de cierre del Credit Suisse de 1,86 francos suizos del pasado viernes.

El banco helvético en crisis, que tiene un valor de mercado de unos 7.400 millones de francos (8.000 millones de dólares), ya comunicó que la primera oferta fue demasiado baja y perjudicaría a los accionistas y empleados que tienen acciones aplazadas.

Las autoridades suizas negociaron un acuerdo que rescate al Credit Suisse, confirmando que UBS se hará con el control de su rival con una compra de 2000 millones de dólares.

A pesar de esto y pese al rescate de su competidor UBS, las acciones del Credit Suisse se desploman y crece el valor del oro, que superó los USD 2.000 por onza.

El respaldo de liquidez del banco central suizo, que alcanzó los 53.700 millones de dólares, detuvo momentáneamente las caídas, pero aún persiste el riesgo de que los clientes o las contrapartes sigan huyendo, con posibles ramificaciones para el sector en general.

Esto derivó en negociaciones para arribar a una solución que evite el arrastre de todo el sector financiero.

De esta manera, con la presión de las autoridades, UBS finalizó este domingo la compra de su rival para sortear una debacle y un efecto adverso en los mercados bursátiles el lunes.

En busca de acelerar la adquisición, el Gobierno suizo está preparando medidas de emergencia y planea introducir una legislación que suprima el periodo normal de consulta de seis semanas requerido para los accionistas de UBS, de modo que el acuerdo pueda cerrarse inmediatamente.

La agencia Bloomberg asegura que UBS exige que las autoridades públicas paguen los costos legales y las potenciales pérdidas que pueden ascender a miles de millones de francos suizos.

Credit Suisse es uno de los 30 mayores bancos del mundo y el miércoles registró una caída récord, desplomándose su valor bursátil a 7.000 millones de francos suizos, una suma notablemente inferior para una entidad considerada de una importancia sistémica, por lo que se debe evitar su quiebra.

Según Financial Times y Blick, los clientes del banco retiraron en un solo día 10.000 millones de francos suizos en depósitos, un indicio tangible de la desconfianza hacia la institución.

A finales de octubre, Credit Suisse presentó un enorme plan de reestructuración que contemplaba la supresión de 9.000 empleos hasta 2025, lo que supone un 17 por ciento de sus efectivos.

Hasta ese momento, la entidad contaba con una plantilla de 52.000 personas, y buscaba centrarse en actividades más estables y transformar radicalmente su banca de negocios.