El candidato oficialista Santiago Peña se imponía el domingo con comodidad en las elecciones generales de Paraguay, con casi el 70% de los votos contabilizados, y se encaminaba a asegurar al conservador Partido Colorado otro período en el poder pese a sus conflictos internos y denuncias de corrupción.   

Peña, un economista de 44 años, obtenía un 44,1% de los votos frente a un 27,7% del líder opositor Efraín Alegre con cerca del 64,8% de las mesas contabilizadas.   

La oposición perdió terreno con el avance de Paraguayo Cubas, un polémico dirigente de la zona de la Triple Frontera que se declara anarquista y acumulaba un 21,4% de los votos.   

Ni Peña ni Alegre se han pronunciado sobre los resultados pero la diferencia entusiasmó a los seguidores del candidato oficialista, que comenzaron a festejar frente a la sede del Partido Colorado.   

La difícil situación económica que enfrentan muchos paraguayos tras la pandemia de COVID-19 y el alza de los precios por la invasión de Rusia a Ucrania, así como la rampante corrupción, fueron los asuntos centrales de la campaña.   

Más de 4,7 millones de paraguayos estaban habilitados para votar en los 17 departamentos del país. En Asunción y las ciudades más pobladas del país se observaron largas filas de electores y los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) destacaron la "alta participación continua todo el día".   

"No quería votar, siento todo en decadencia. Pero no votar me hace parte del problema y quiero que haya más oportunidades de trabajar para los jóvenes", dijo Fiorella Moreno, de 23 años al salir temprano a la mañana de un local de votación repleto en un barrio de clase media de la capital.   

La tradicionalmente estable economía paraguaya, que depende de las exportaciones de soja, carne vacuna y electricidad, creció apenas un 0,2% el año pasado y la inflación fue del 8,1%. El nuevo gobierno tendrá que ajustarse para evitar una mayor expansión del déficit fiscal, que ascendió al 3,0% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2022. Una elección tranquila. Peña, cuyo partido ha gobernado el país las últimas siete décadas con la excepción de un breve periodo entre 2008 y 2013, prometió "más plata en los bolsillos" de los paraguayos mediante la creación de empleos y la formalización de la economía.   

"Nos hemos preparado para ganar (...) el partido ha desplegado más de 70.000 agentes electorales en todo el país", dijo Peña al momento de votar, en una jornada que transcurrió tranquila pero con quejas por las demoras.   

Algunos analistas creen que replicará las políticas de su mentor, el expresidente Horacio Cartes, quien impulsó las obras públicas con endeudamiento externo y las alianzas público-privadas pero prestó menos atención a los programas sociales.   

Alegre, quien encabeza la alianza centroizquierdista Concertación Nacional, propuso bajar las tarifas de electricidad, luchar contra la corrupción y dar un giro a las relaciones del país con Taiwán en favor de China.   

"Estamos viendo la gente que viene a votar, está dispuesta a participar, están haciendo el aguante", dijo Alegre, quien denunció irregularidades en algunos locales del norte del país.   

El Partido Colorado llegó a la elección del domingo golpeado por conflictos internos y denuncias de corrupción del gobierno estadounidense en contra de su líder Cartes.   

"El colorado siempre es colorado. No puede traicionar al otro de su mismo color", dijo Eugenio Centurión, de 65 años, mientras hablaba con correligionarios a la salida del colegio Nuestra Señora de la Asunción en la capital.